Britt y Korbie deciden pasar las vacaciones de primavera en una cabaña en las Teton, donde harán senderismo y alpinismo. Para ello Britt se ha estado entrenando duramente durante todo el año, pero en el último momento su exnovio, Calvin, decide apuntarse, y les comunica que se reunirá con ellas en la cabaña. En el viaje hacia allí, una tormenta de nieve sorprende a las dos amigas en la carretera, lo que les obliga a buscar refugio. Una cabaña en mitad del bosque es su salvación, pero por muy poco tiempo: sus dos ocupantes, fugitivos de la justicia, las secuestran y, a cambio de sus vidas, Britt les promete que les sacará de la montaña.
Así empieza el nuevo libro de la autora de Hush, hush, una novela independiente de suspense y temática más realista que su anterior saga. Hielo negro cuenta la historia de un secuestro, pero también de varios asesinatos. En las montañas Teton murieron tres chicas, y Britt está segura de que sus secuestradores tienen algo que ver en ello. Así, poco a poco, la autora va desgranando la trama y dejando caer miguitas de pan para que el lector empiece a sacar sus propias conclusiones, todo ello bajo una ambientación muy bien conseguida.
Sin embargo, a lo largo de la novela podemos encontrar que las decisiones de los personajes son un poco inconsistentes, o que algunas situaciones y aspectos de la trama resultan inverosímiles. Esto provoca que ciertos hilos argumentales queden desligados de la trama principal y dé la sensación de poca uniformidad.
Pasando por alto estos fallos, Hielo negro resulta una novela entretenida y rápida de leer que conseguirá hacernos pensar en las tres chicas muertas y la relación que hay con Britt y sus dos secuestradores. Porque lo que parecía una salida inocente se complicará mucho más cuando Britt se dé cuenta de que no puede confiar ni es sus propios amigos.