Esta reseña contiene spoilers de los libros anteriores.
Al final de Historia de Lynda, Sara había sido encarcelada por su actividad en Internet. Fue Luke, el hijo de Juliette, quien la rescató victorioso de la prisión. Con ello, la famosa cantante Sara Lear resucitó a ojos del mundo. Pero lo que captaron las cámaras no es ni de lejos la verdad.
Ahora, Luke se ha convertido en el guardián de Sara, que permanece en la mansión como si esta fuera su nueva cárcel. No puede abandonar la casa; ni siquiera conectarse a la red. Norma, la hermana de Luke, está en un estado deplorable; Juliette, la directora de Sweet Pink, enferma, y Luke espera con ansias el momento de poder asumir todos los cargos de la multinacional. En estas circunstancias Sara está desprovista de la que ha sido siempre su arma: contar la verdad. ¿Qué hará?
Tras cuatro novelas llegamos a la bilogía que cierra la saga, con esta historia y la correspondiente de Alan, que continúa la historia de Dani, el coprotagonista de Odio el Rosa. En estos libros hemos visto crecer a los protagonistas, pero sin perder ese espíritu de rebeldía que los caracterizó desde el primer momento. La voz narrativa te coloca en primera persona en el centro de la revolución, y te hace partícipe de las decisiones que cambiaron una sociedad. Ana Alonso y Javier Pelegrín construyen una historia que te engancha desde la primera línea hasta la última.
Sin duda, lo mejor de estos libros es la actualidad que se desprende de ellos pese a ser un futuro distópico. En esta última parte vemos la crítica a las grandes marcas que se hace en toda la serie, pero se añade algo más: la denuncia a la violencia machista. El personaje de Luke muestra la imagen del maltratador que no pierde las formas, con una violencia psicológica incentivada por sus ansias de poder. Pero no se queda allí, sino que invita al cambio, creando un nuevo concepto de heroína. Una heroína que se enfrenta a los monopolios empresariales; en un futuro distópico, pero con una actualidad tremenda.
Como quizá ya sepas, el universo de Odio el rosa no se queda solo en el libro físico, sino que hay una serie de páginas y contenidos online que te permiten formar parte del entramado informático de la saga, convertirte en un personaje más. Así que ya sabes, visita las webs, empápate, únete al hashtag #TodosSomosLynda y comienza la verdadera revolución.