El sueño de cualquier maestro es que sus alumnos lean. Por eso, el profesor Vidal ha creado un experimento de acercamiento a la lectura con alumnos de lo más variopintos que, sin embargo, tienen algo en común: no leen.

Los elegidos han sido seleccionados tras superar unas pruebas y son: Hugo, Esther, Jacobo, Diana, Álvaro, Cristian, Andrea y Héctor. Estos ocho alumnos convivirán una semana en una mansión alejada de la civilización donde no hay cobertura móvil ni manera de relacionarse con el exterior. En el experimento se trabajará con publicidad subliminal, esa que no es perceptible a los ojos pero que llega directamente al cerebro sin que nos demos cuenta. Durante una semana, estos adolescentes estarán viendo vídeos, escuchando música y un largo etcétera de contenidos aparentemente inofensivos.

Claro que el rumbo de todo esto cambiará cuando Héctor desaparezca y encuentren a Esther muerta en su habitación con la cabeza abierta. Pronto descubrirán que les han mentido y que el experimento del que forman parte no tiene nada que ver con los hábitos lectores.

El zaragozano David Lozano nos trae una historia de misterio, inquietante, un poco violenta y sorprendente. Con su cuidada narración consigue jugar con el lector, haciéndole dudar sobre la identidad del posible asesino (o asesinos) que ronda por la casa. Nadie está a salvo por culpa de los mensajes subliminares. Cualquiera puede ser la siguiente víctima o convertirse en asesino. Y ese es el punto fuerte de la novela. Aunque David deja pistas muy escondidas durante la historia, los acontecimientos te harán dudar de todo lo que imaginas, hasta llegar a un final inmejorable, digno de una novela de misterio.

Además de la historia de estos jóvenes, también tendremos que resolver el asesinato del publicista Darío Querol, que traerá de cabeza al detective Millán y al inspector Esteban Lázaro. Si bien en este caso el lector puede saber por dónde van los tiros, el por qué tendrá su misterio. Y es que al igual que en la novela de Stevenson, si tenemos a un señor Hyde, nos hace falta un Doctor Jekyll.

¿Serás capaz de averiguar quién es?