Nadie los ha visto venir. Nadie esperaba su llegada. O quizá sí. Quizá simplemente no quisieran darse cuenta.

Y, de pronto, están por todas partes: la Manada.

La vida parecía tranquila antes de la guerra. Antes de que los oprimidos se alzaran contra los privilegiados. Antes de que los Lobos, que comenzaron como un movimiento clandestino, se hicieran con el control del orden mundial.

Ahora Edén es una prisionera más en el gulag de New Port Isabel, con nada más que el recuerdo de todo lo que ha perdido. Solo tiene un camino a seguir para llegar a su libertad: atravesar un campo de minas, robar un barco y huir hacia Isla Santuario, donde la guerra no podrá alcanzarla.

Tras un trepidante y prometedor comienzo, Edén no es la única que logra huir, y junto con Alexa, Hope y Finnley encontrará la milagrosa isla, solo para descubrir que ni el santuario ni sus compañeras de viaje resultan ser aquello que ella esperaba. Hasta en un paraíso se oye alto y claro el desgarrador aullido de los Lobos.

Lo que comienza como una novela distópica enseguida se transforma en una aventura de ciencia ficción con un amplio repertorio de personajes a los que la guerra ha afectado de formas muy diferentes. No podría decirse que aporte nada nuevo al género, y es cierto que cae uno tras otro en muchos de sus clichés. A pesar de ello, llega a construir una historia muy dinámica a través de capítulos breves y escenas muy intensas que saben brillar con luz propia cuando es necesario.

Se echa de menos un mayor énfasis en la descripción del entorno, pues muchas escenas de acción pueden resultar confusas, y también un desarrollo más gris de una trama en la que a menudo todo es muy blanco o negro. Kayla Olson compensa estos errores con una narración impregnada de lirismo, haciendo que la voz de su protagonista, Edén, destaque por encima de todas las demás.

Imperio de lobos llega un poco tarde para sorprender, pero conserva la capacidad de agradar a todos los lectores que disfruten de las historias de supervivencia en un entorno de ciencia ficción. Eso sí, tened cuidado si intentáis aventuraros en Isla Santuario. Podríais acabar metidos en la boca del lobo.