Alexia, una chica de dieciséis años muy soñadora, no sabe muy bien cómo empezar ese correo electrónico. Los nervios de quedar bien, de no saber ni siquiera si él le va a contestar… Porque, ¿de verdad está escribiendo a Benedict Woodward? ¿De verdad se está dirigiendo a su escritor favorito, al célebre autor de El dragón transparente?
Al final, se arma de valor y hace clic en «enviar». Pasan los días y, cuando ya pensaba que no obtendría respuesta, recibe un aviso en la bandeja de entrada. Un mensaje muy escueto: tres líneas donde le agradece su atención y le desea suerte, pero también le exige saber dónde ha conseguido su dirección de correo, puesto que es estrictamente personal.
Alexia está empeñada en conocer más a su escritor favorito y en que le dé algún consejo de escritura, mientras que él solo quiere descubrir las verdaderas intenciones de la chica, ya que está invadiendo su intimidad. Así, la relación entre los dos personajes se irá fraguando a lo largo de un año entero entre correo y correo. A pesar de ser una novela epistolar, cuenta con un elenco de personajes muy definidos, entre los cuales destacan la librera de Alexia (que también es una gran admiradora de Woodward), el abuelo de la chica y el hijo del escritor.
La última novela de Care Santos cuenta con sus ya habituales elementos: un ritmo vertiginoso, unos personajes con trasfondos muy realistas, un toque de misterio y un giro final inesperado. Sin embargo, algunas relaciones entre personajes parecen demasiado forzadas.
En definitiva, Inbox es una novela ágil y entretenida que pone de manifiesto cómo las apariencias engañan y que, detrás de cualquier persona famosa, hay una historia que no nos podemos llegar a imaginar.