Con un título que llama la atención (aunque despista), La joven a la que amaban las hadas es uno de esos libros con ambiente medieval, algo de magia y misterio. La protagonista es Lionor, una joven que ha vivido toda su vida en el bosque al cuidado de la anciana Mirraín.
Lionor, que ha crecido sin saber nada de su familia, descubre, por la visita casual de dos soldados, que su pasado no es el que le habían contado. Su padre era Guifré, el señor de Montfranc, quien se vio obligado a huir de su castillo por la envidia de su hermano pequeño, Bernat, que quiere el señorío y el poder que conlleva. Para ello acusa a Fátima, madre de Lionor y esposa de Guifré, de brujería, una acusación muy grave en esa época. La familia huye del castillo pero son perseguidos: su padre muere y apresan a su madre de por vida.
Cuando la joven descubre que ella se salvó por un extraño don que posee, con el cual puede conectar con los seres fantásticos que habitan en el bosque, no duda en ponerse en camino y dirigirse al castillo para intentar rescatar a su madre, que sigue prisionera de su tío.
Publicada en la colección de prescripción de Edebé y con un precio inferior a los diez euros, La joven a la que amaban las hadas es una historia llena de magia y aventuras, de peligros y venganzas, de reencuentros y nuevas amistades. Con un narrador que sigue en todo momento a la protagonista, salimos del bosque para adentrarnos en la ciudad, el castillo y la corte, un lugar completamente ajeno para Lionor y mucho más peligroso sin duda alguna.
Si te gustan las novelas de aventuras con un toque de magia ambientadas en un tiempo similar a nuestra Edad Media, dale una oportunidad a esta novela de Armando Boix.