En la Rusia imperial, la magia no es algo que se pueda compartir. Poseer el don de controlarla puede ser tanto el mayor de los privilegios como una sentencia de muerte. Vika Andréieva y Nikolái Karimov son dos jóvenes hechiceros con la mala fortuna de coincidir en el tiempo. Uno de ellos debe servir al zar y asumir el cargo de mago imperial si la situación lo requiere, pero mientras el otro siga vivo, la magia, un recurso cada vez más limitado, tendrá que repartirse entre ambos. Esta magia es también caprichosa y determina que el mago imperial ha de ser seleccionado mediante el Juego de la Corona, una competición de encantamientos en la que solo el más hábil podrá gozar del control de la magia… y de la oportunidad de seguir con vida.
Evelyn Skye nos sitúa en una Rusia alternativa con bastantes licencias históricas a la par que referencias a hechos reales. Aunque desconocemos si Alejandro I tuvo en su corte a un mago o una maga imperial, la situación que propone Evelyn es cuanto menos cruel. Pese a ello, el Juego de la Corona no se convierte en unos Juegos del Hambre con magia de por medio, sino que opta por un ritmo más pausado y una competición donde no se premia el duelo, sino la espectacularidad. El Juego es algo que se gana lentamente, lo que se ve reflejado en la estructura de la novela que, aun así, consigue ser fluida y agradable. Con tantas buenas ideas en el tintero, hay cosas que se han echado en falta al trasladarse a la página, como una mayor exploración de las tramas secundarias o una curva más sólida en la creciente dificultad de los hechizos, que alternan sorprendentes encantamientos con otros que no lo son tanto.
Otra sombra entre sus luces es el poco labrado desarrollo de sus personajes, que solo logran desmarcarse de los clichés del género en los compases finales de la novela. El resultado consigue ser lo suficientemente satisfactorio, pero con margen de mejora de cara a la segunda entrega, que cerrará la bilogía este otoño.
En el Juego de la Corona, morir puede ser la opción menos dolorosa. ¿Qué harías tú?