Todo parece perdido para la tripulación del Angelique. Después de años de piratería por los mares de Marabilia en libertad, los piratas han sido finalmente capturados por el rey de Dahes. Ahora, recluidos en la frialdad de sus calabozos, esperan la horca como el imparable trueno que viene tras el rayo.
Nada más lejos de la realidad: el soberano tiene otros planes para la banda de malhechores. Y es que existe otro barco pirata aún más escurridizo: el Libertad, con una miserable tripulación formada y capitaneada por mujeres. Capturar este navío es la única ambición del rey de Dahes, y sabe que, con la ayuda de sus prisioneros, conseguirá su propósito.
Si bien un pirata jamás debería negociar con nobles, sintiendo la soga apretada en el cuello, la tripulación del Angelique no tiene otra alternativa: su libertad a cambio del Libertad.
Ahora bien, con lo que nadie cuenta es con los planes de su alteza Kay. Es la única descendencia del rey de Dahes y, aún con todo, tiene pensado infiltrarse en la tripulación pirata para acompañarlos en su viaje. ¿Cuál es su propósito? ¿Por qué ponerse en peligro de esta manera?
Con esta tercera entrega, los fans de la saga de Marabilia podrán explorar los mares e islas del peculiar continente que da nombre a la saga. A través de un nuevo abanico de personajes, Iria G. Parente y Selene M. Pascual vuelven a sumergirnos en un universo lleno de magia y aventuras, en esta ocasión desde la perspectiva del villano: unos piratas sin escrúpulos, capaces de cualquier cosa con tal de lograr su propósito. Aquel que se imagine a unos bellacos edulcorados, llenos de principios e incapaces de matar o robar, que se lo quite de la cabeza.
Destaca el dominio de las voces, más presentes que nunca en esta, la novela más coral de las autoras hasta la fecha. Contadas por cuatro personajes principales (y otros pocos secundarios), las aventuras y desventuras de la peculiar tripulación se suceden con ritmo, sin dejar respiro para el lector.
¿Te ha convencido? En ese caso, un último consejo: no enfades al capitán Jared. Te aseguramos que no tendrá problema en matarte si insistes en oponer resistencia. Ahr.