Esta reseña contiene spoilers de los libros anteriores.

La Asamblea mágica al fin respira en paz. La amenaza del Enemigo de la Muerte se ha extingui­do de una vez por todas... ¿verdad?

De vuelta en el Magisterium para el comienzo del curso de bronce, Call, Tamara y Aaron saben que eso no es del todo cierto y que la amenaza sigue latente allí donde a nadie se le ha ocurrido buscarla... aunque, de nuevo, esa afirmación está lejos de ser verdad. Alguien ha intentado asesi­nar a Call, conocedor del secreto que oculta, y ha dejado tras de sí el cadáver de una de sus compa­ñeras. Esa persona se encuentra ahora entre los muros de la escuela, y ni siquiera la intervención de la Asamblea será suficiente para desenmasca­rarla... ni para evitar que el trío de aprendices in­vestigue por su cuenta.

Con La llave de bronce alcanzamos el ecuador de la saga Magisterium, el ini­cio de la recta final y quizás la mejor entrega hasta la fecha. Tras asentar su uni­verso y poner todas las cartas sobre la mesa, el Harry Potter de Cassandra Clare y Holly Black se esfuerza por diferenciarse y encontrar su propio lugar lejos de las odiosas comparaciones. ¿La clave? Tener siempre un as en la manga, porque esta saga se reserva las mejores jugadas para el final.

Regresamos a un mundo mágico que brilla con luz propia por la imaginación volcada en su construcción, pero en esta ocasión la oscuridad acecha en cualquier rincón, incluso en uno mismo. El camino se vuelve angosto y retorcido, desviándose ocasionalmente por tramas secundarias superfluas pero siempre encontrando el rumbo hacia otras que contribuyen a la riqueza del argumento y auguran un futuro muy prometedor para la saga.

El mayor defecto de la novela es el pecar de predecible en su revelación final, que desemboca pese a ello en un cierre que no decepciona. Al contrario: resulta tan sorprendente y arriesgado como lo había sido en La prueba de hierro y como se echó de menos en El guante de cobre, alcanzando un perfecto clímax para la historia.

Con más avidez que nunca, el caos quiere devorar, como devorarás la historia tan entretenida, mágica y fascinante que encierran los túneles del Magisterium. ¡Pero ten cuidado! Todos sabemos lo que le ocurre a aquellos que se dejan llevar en exceso por la magia.