No sabe por qué lo hizo. No sabe por qué se zampó el escarabajo de Martina, la chica que le gustaba, cuando tan solo era un renacuajo de diez años. La niña había traído el insecto al colegio para enseñarlo a sus compañeros, pero no quería que Jacob se acercara a verlo. Se lo enseñó a toda la clase, incluso a Gus, su mejor amigo; pero a Jacob, no. Y, así, en un ataque de rabia —y, seguramente, también para impresionar a la muchacha—, el niño decide acabar con el insecto.
Lo que Jacob no sabía en ese momento es que el bicho se acabaría convirtiendo en un animal mucho más grande, mucho más fuerte. Se acabaría convirtiendo en un lobo. Así, tras pasar un par de años más en el colegio, donde le hacen el vacío y le insultan con mil y un motes, se cambiará a un instituto en otra zona, pues sus padres se separan y debe mudarse. Allí su situación cambia, y un día pasa lo que nunca imaginó: tiene la opción de juntarse con los matones de la clase.
Un lobo dentro es el debut de Pedro Mañas en literatura juvenil, tras haber cosechado muchos éxitos en literatura infantil con obras como Anna Kadabra o Apestoso tío Muffin. En esta obra, profundiza sobre el acoso desde una perspectiva poco común: la del acosador.
El narrador protagonista cuenta la historia en pasado, lo que aporta cierta distancia a la hora de relatar escenas que, de otro modo, habrían sido traumáticas. El relato está teñido de los reproches y las justificaciones que él mismo se da, lo que resulta en ocasiones algo repetitivo. Sin embargo, es algo que se puede obviar teniendo en cuenta el conjunto de la obra: el estilo virtuoso de Mañas, los personajes con claroscuros que crea o las viñetas de cómic que acompañan al texto.
En definitiva, Un lobo dentro es una novela dura y bien escrita, que aborda un tema ya muy tratado desde una perspectiva diferente.