Ambientada en la América del Norte prehistórica, Madre Tierra, Padre Cielo nos cuenta la historia de Chagack, una joven cuya aldea ha sido arrasada por completo. Como es la única superviviente y teme la vuelta de los invasores, decide embarcarse y alejarse de lo que fue su hogar. En su camino se encuentra con Shuganan, un anciano capaz de tallar marfil y hablar con los espíritus, que la acoge en su hogar. Chagack cree que por fin podrá encontrar algo de paz, cuando la tragedia vuelve a encontrarla.

Sue Harrison nos deleita con un magnífico relato ambientado en la Alaska prehistórica, concretamente en las islas Aleutianas; islas cuya historia nos acerca la autora gracias al trabajo de investigación que hizo sobre la cultura y costumbres de sus habitantes. Bien reflejado en la historia queda el modo de vida de este peculiar pueblo, cuyas costumbres pueden chocarnos un poco.

Sobre la trama, Sue Harrison hace un buen trabajo. Las páginas pasan volando, y los personajes cumplen su papel con creces: Chagack no es ninguna heroína, sino una joven golpeada por la adversidad que sabe salir adelante, sin importar las trabas que le pongan, y cuyo dolor sentiremos en lo más hondo. Lo mismo podemos decir del resto de personajes y su evolución: Shuganan, feroz pero amable, los sanguinarios invasores y el resto de personajes secundarios, que cobran mayor importancia en las siguientes novelas, creando un entramado muy complejo.

Madre Tierra, Padre Cielo pertenece a la trilogía Los talladores de marfil, que se completa con Mi Hermana la Luna y Mi Hermano el Viento, donde continúan las aventuras de Chagack y su familia. Si te gustan las novelas ambientadas en la prehistoria, y que tengan una base histórica bien documentada, esta es tu saga.