Cassy y Jess son mejores amigas desde hace años. Van juntas al instituto y también trabajan juntas ese verano de monitoras jóvenes en el campamento Ten Willows; pero ese verano cambia todo. El cadáver de una niña de ocho años que asistía al campamento es encontrado y la investigación descubre en la mochila de Casey una camiseta ensangrentada que pertenecía a la fallecida.
Poco a poco, el pueblo se va poniendo nervioso y las pruebas están en contra de Casey. La investigación avanza muy lentamente y en una población tan pequeña, los rumores y las habladurías no dejan de crecer. Ante un crimen tan horrendo, todos quieren hallar pronto al culpable y a falta de respuestas y de un juicio justo, los habitantes del pueblo se ponen en contra de la joven. Ahí es donde entra el juego la capacidad de la escritora Deborah Ellis para ir desarrollando la historia y las personalidades de Casey y Jess, las inseparables amigas.
Narrada desde dos puntos de vista, el lector tiene más información que ambas protagonistas y poco a poco van encajando las piezas de la trama. Por una parte, tenemos la narración en primera persona de Jess, que nos cuenta cómo su lealtad no es tan inquebrantable como pensaba y se ve influenciada por la opinión popular y, por otra parte, tenemos las cartas que Casey le escribe a su amiga mientras está recluida.
La literatura de la autora Deborah Ellis está centrada en el aspecto social de las historias y en la personalidad de los protagonistas. Sus historias siempre tienen lugar en el mundo real, en situaciones realistas donde los protagonistas tienen que conseguir salir del problema por sus propios miedos. Si quieres saber más sobre ella, puedes leer la entrevista que le hicimos en el número 27. En Maldita seas, Casey, la escritora ha explorado los tonos grises de una amistad, en principio, incondicional y cómo la presión social y la sed de venganza pueden extenderse de una manera asombrosamente veloz en una población pequeña.
Si te gustan las novelas realistas, te recomendamos que leas a Deborah Ellis. Las situaciones en las que se ven envueltos sus personajes son muy interesantes y la sinceridad de su narración es poco habitual. En Maldita seas, Casey no encontrarás una historia dulcificada: encontrarás una historia real.