Mark Watney, el protagonista de este novela, ha sido dado por muerto tras una peligrosa tormenta de arena. El problema radica en que se encuentra en Marte, y sigue vivito y coleando. Pero Mark no piensa darse por vencido: a pesar de estar a millones de kilómetros de cualquier ser humano, hará lo imposible por comunicarse con Houston y sus compañeros, que se encuentran orbitando Marte, para conseguir escapar del planeta rojo.

A modo de bitácora, Mark Watney nos explicará su día a día en el planeta, donde cada uno puede ser el último, porque a la dificultad de conseguir comida, agua y aire, se suman una serie de problemas que parecen perseguirlo. Pero sus soluciones son ingeniosas a la par que creíbles, aunque a veces podamos perder el hilo de sus pensamientos, porque nos explica sus soluciones con todo lujo de detalles técnicos. Pero es precisamente por esto que la novela destaca: su rigor científico y su enfoque en los detalles.

Otro punto a tener en cuenta es el sentido del humor de Watney. Lejos de darse por vencido, el sufrido astronauta verá la parte divertida de todo, con humor negro incluido, lo que nos sacará varias carcajadas. Andy Weir, a través de Mark, consigue que lo que sería un drama para muchos –estar solo en Marte y que nadie en el universo sepa que sigues vivo y sin apenas posibilidades de sobrevivir–, se convierta en algo divertido.

Andy Weir ha revolucionado a los lectores con esta novela, y no es para menos. El marciano apareció por primera vez en su web y más tarde en Amazon, donde pasó a la lista de los más vendidos hasta que una editorial se fijó en ella y la publicaron. Programador e hijo de científicos, escribió esta novela con el objetivo de ser lo más fiel posible a las condiciones de vida en Marte. La película, dirigida por Ridley Scott, llegará a España el 16 de octubre.