Desde hace cinco años, el invierno no ha abandonado el pueblo ni el bosque de Eldbjørn. Nadie sabe por qué pasó, pero para Mila y sus tres hermanos, Pípa, Sanna y Oskar, no importan las supuestas maldiciones ni los rezos y promesas a los dioses. Sus madre murió y su padre desapareció en el bosque, y tratan de sobrevivir con lo poco que tienen y lo poco que da la tierra.
Una noche aparecen en su hogar varios desconocidos, todos con cordeles de oro alrededor de los tobillos, pidiendo pasar la noche y encender un fuego, pues van de camino a la ciudad. Pero al día siguiente, tanto los forasteros como Oskar han desaparecido, así como otros tantos chicos de Eldbjørn. Con la ayuda de Rune, un mago de la ciudad, viajarán tras los forasteros en busca de los jóvenes desaparecidos.
Leer Más allá del invierno es como leer un cuento de hadas. Y, como en otras novelas, la autora vuelve a hacerlo con una prosa hábil y una trama bien planeada, que hará que nos leamos fácilmente esta novela de una sentada. Además, podemos encontrar pinceladas de la mitología eslava, ya que se menciona de pasada a Baba Yaga.
Estamos ante una historia que nos habla de ser valiente cuando todo está en tu contra, de ser fiel a ti mismo y de luchar por lo que amas. Y, más importante, nos habla de los lazos que nos unen a nuestra familia, aunque esta no sea perfecta. Es por todo ello por lo que Más allá del invierno nos parece un libro perfecto para todas las edades.
De modo que tienes una cita Más allá del invierno para llevar mejor el calor del verano.