En esta reseña intentaremos no desvelar muchos detalles del primer libro para que puedas adentrarte en esta mágica historia.

Adrián se va a vivir con su madre a un pueblo de Galicia tras la muerte de su padre. Allí, descubre que el medallón que le regaló perteneció a la misteriosa Orden de Dragal: caballeros que hace siglos se encargaron de proteger a un dragón que habitaba por esas tierras.

Tras los acontecimientos narrados en el primer volumen, nos encontramos con Adrián escondido en la Poza da Moura para conseguir mantener bajo control al dragón de su interior.

Por supuesto, su desaparición no ha pasado inadvertida. Y aunque Mónica, su mejor amiga, conoce su paradero, no puede desvelárselo a nadie, ni siquiera al agente Cortiñas.

Mientras tanto, en la iglesia de San Pedro, sigue la investigación tras los sucesos cometidos allí; todo apunta a que Brais, compañero de colegio y enemigo de los chicos, ha sido el culpable de lo ocurrido. Pero el aludido sabe perfectamente quiénes son los responsables y piensa hacerles pagar por ello.

Elena Gallego Abad ha construido una curiosa historia en la que mezcla elementos mágicos y seres mitológicos con leyendas gallegas. Aunque el primer libro de la saga, La herencia del dragón, es bastante introductorio y carece de acción, este segundo volumen es todo lo contrario. Mientras que la trama de Adrián sigue su curso, algunos personajes secundarios cobran bastante protagonismo.

La editorial Anaya publicó los dos primeros libros en 2015 y la tercera parte, titulada La fraternidad del dragón, llegará a las librerías a lo largo de este año. Sin embargo, los gallegos están de enhorabuena: en abril de 2015 pudieron disfrutar del cuarto volumen de la serie: A estirpe do dragón. Y es que Elena Gallego Abad, como bien dice su apellido, es gallega y escribe esta historia en esa lengua.

Si quieres descubrir los secretos que esconde el dragón, no dudes en empezar en esta saga. Dragal te estará esperando en un rincón de Galicia muy especial.