La Rata mató a su madre.

Pearl, con dieciséis años, es huérfana de madre, no se habla con sus amigos y siente un dolor tan terrible que parece que ya nada tiene sentido. Y la Rata. Ahora su padre dedica todo su tiempo a esta, y Pearl ni siquiera puede aceptar su presencia. 

El día del funeral de su madre, Pearl vuelve al interior de la iglesia al terminar la misa de réquiem. Y allí, bajo la luz de las vidrieras, su madre la mira y sonríe desde la última fila de bancos. 

Esta es la primera de las muchas veces que el fantasma de la madre de Pearl se presenta. La joven, desconcertada y sin saber si aquello es real o simplemente se está volviendo loca, tendrá que acostumbrarse a esta nueva vida sin el gran amor de su madre. Mientras, su hermana pequeña, la Rata, monopoliza la vida de su padre. Porque ella, cuando piensa en su hermana, solo ve a la asesina de su madre. ¿Cómo podría quererla? 

El año que el mundo se vino abajo es un retrato melancólico sobre las diferentes formas de enfrentarse a una pérdida narrado con elegancia y sinceridad, pero sin caer en sentimentalismos. Es una novela frágil y emocional gracias a la cuidada prosa de Clare Furniss, que se sumerge en el realismo mágico con muy buenos resultados. Un libro lluvioso y frío con el que Salamandra Blue amplía su catálogo de novelas de gran calidad literaria.

La historia de Pearl es dura y para nada fácil de leer. Parece una novela breve, pero cada capítulo merece una lectura pausada y reflexiva. Sus personajes no saben cómo afrontar la tristeza y cada uno lo hace como puede. Pearl se enfada, se aísla y se refugia en el recuerdo de su madre. Este personaje, que conocemos a través de su fantasma y los recuerdos de la protagonista, es un apasionante retrato de una mujer única y caótica: una artista nata cuyas apariciones son una auténtica delicia de leer.

En definitiva, El año que el mundo se vino abajo es una obra muy notable que recoge los pedazos del alma rota de la joven Pearl para investigar cómo sobrevivir a la muerte de quien más amamos.