Al despertar, Eria Dar ya no era Eria Dar. Al recordar su primera vida, lloró intensamente y se preguntó por qué había vuelto a nacer. Descubrió que ya se cantaban canciones de su primera vida y supo así lo que había ocurrido con su amado Uria-ha y la venganza que había obrado contra Cilterión.

Una nueva oportunidad para enriquecerse llega a oídos de León. Es un viejo amigo de la época en la que vagaban huérfanos por Odeón quien le da el chivatazo: un cuantioso soborno, resultado de intrigas conspiratorias, se entregará en poco tiempo. Y serán ellos, audaces pillastres, quienes se hagan con él.

No parece la empresa más indicada: la Iglesia está implicada y supone un riesgo considerable. Pero el espíritu de pícaro de León le incita a aceptar. Con la ayuda de su benefactora y amiga Cara, dueña del prostíbulo y una de las mujeres con mayor poder de la ciudad, urde un plan. ¿Debe confiar en su suerte una vez más?

A la par, la ciudad bulle de actividad y las altas esferas se pasean de fiesta en fiesta: primero en honor al despertar de la Amada, cuya alma se ha reencarnado en su undécima vida. Poco después, como celebración del despertar del Amante. Parece que, tras once vidas de desgracias, por fin conviven en paz, pues el Tercero no aparece para sembrar discordia.

El despertar de las almas con cuentas pendientes a su muerte en cuerpos ajenos resulta el elemento original de la obra. En ella, esta reencarnación se ve como una desdicha a evitar; de ahí la fama de los tres Perpetuos, quienes han multiplicado el número máximo de reencarnaciones que se recuerdan.

Estos personajes se nos presentan como figuras míticas, representando los roles tradicionales del amor cortés. No obstante, la traición y la vida eterna corrompen sus valores y los llevan a actuar de los modos más inverosímiles. Así, su psicología resulta cada vez más interesante. Además, los conocemos progresivamente, con pequeños textos que narran cada vida y se intercalan con la narración del presente.

Quizás esta undécima vida se desvíe de lo esperado: el énfasis se pone en las calles, en la visión del conflicto por parte del pueblo y, sobre todo, en León. Destaca su evolución, que debes conocer por ti mismo.

No dudes en adentrarte en Odeón: seguro que te identificas con su gente pues, como lector, has vivido infinidad de vidas.