¡Atención! Si el Cuentista aún no te ha descubierto la saga de La escuela del Bien y del Mal, no te adentres en este Bosque Infinito. ¡Podrías toparte con spoilers! 

La Escuela del Bien y del Mal empieza aquí. Los que han leído la saga principal ya conocen a los dos hermanos con los que comenzó este lugar, pero nadie sabía de su origen. En esta precuela, Soman Chainani se remonta al principio de los tiempos para hablarnos de dos hermanos, uno bueno y otro malo, que vigilan el buen funcionamiento de la escuela. Mientras la lealtad y el amor que tienen el uno por el otro sea mayor que la que sienten por sus respectivos bandos, todo funcionará como debe. Pero cuando algo imposible sucede, la rueda del destino empieza a girar una vez más.

Rafal y Rhian son dos personajes recurrentes lo largo de la saga, desde el primer libro hasta el último, pero el origen de su historia solo podía intuirse. En esta novela vemos a los hermanos cuando aún eran Directores de la Escuela del Bien y del Mal, además de un elenco de personajes secundarios, en su mayoría alumnos. Entre ellos encontramos a Aladino y al Capitán Garfio, aunque aquí aún no es Capitán, sino un chico que sueña con cumplir las tradiciones de su familia.

La precuela, a través de un narrador omnisciente, relata el comienzo del fin para estos dos hermanos. En apenas trescientas páginas consigue presentarnos nuevos personajes y terminar de caracterizar aquellos que ya conocíamos de otras entregas. Puede que su estructura y la mayoría del argumento no sean nada novedoso, pero consigue hacerlos atractivos gracias a los protagonistas y las escenas de acción e intriga. Rafal ha sido el villano de parte de la saga principal, y verlo antes de traicionar a su hermano es una de las características más interesantes de El origen de la Escuela del Bien y del Mal.

El Cuentista tenía un último relato que narrar, y no podría haberlo hecho mejor. Una novela perfecta para descubrir que el bien y el mal, en ocasiones, no son tan distintos como pensamos.