Cuando el pasado es duro, hay una forma de salir adelante: mantener a raya los recuerdos.
El padre de Hayley, veterano de guerra, intenta olvidar los horrores que ha vivido, pero a menudo le asaltan escenas del pasado. Solo cuando se refugia en la bebida es capaz de evadirse durante unas horas.
Hayley, sin embargo, es una maestra en el arte de olvidar. Es huérfana de madre y vive con un padre que hace tiempo que tenía que haber buscado ayuda psicológica. Tras años de decepciones y malos momentos, ha conseguido desterrar algunos recuerdos tan al fondo de su mente que ha llegado a creer que su situación no es tan desesperada, que ella sola puede seguir adelante. Pero cuando ambos regresan a su pueblo natal, el pasado les alcanza y tendrán que enfrentarse a sus fantasmas.
No nos engañemos: A orillas de un mismo recuerdo es un libro duro, que trata sobre el horror de la guerra y sus profundas secuelas. Laurie Halse Anderson refleja con realismo y crudeza esta situación. Aunque la guerra no es un tema infrecuente en la literatura juvenil, rara vez se dedica tanto tiempo a un personaje adulto, como el padre de Hayley.
La novela tiene más tramas, como la relación de Hayley con Gracie, su mejor amiga, o con Fin, el chico que se empeña en seguir a su lado incluso cuando se pone borde e insoportable. A pesar de que ambos también tienen situaciones familiares complicadas, aportan algo de luz a la historia y sus escenas, en cierto modo, equilibran los momentos más oscuros.
A orillas de un mismo recuerdo tiene los elementos que hacen de Laurie Halse Anderson una de las principales autoras de novela realista: un narrador inteligente y unos personajes con mucha profundidad que viven una situación muy dura, pero en la que son capaces de encontrar un rayo de esperanza.