1861. Elodie Buchanan es la mayor de nueve hermanas y la hija de Reginald Buchanan, un consagrado recolector de plantas que se dedica a explorar los bosques de China en busca de nuevas especies.
Sin embargo, cuando Reginald regresa de su último viaje, lo hace con las manos vacías. No consigue encontrar una valiosa orquídea, y esto pone a su familia en riesgo: si no vuelve a China y encuentra la flor podría ir a la cárcel, y sus hijas, al hospicio. Aun así, Reginald se encuentra muy débil para volver solo, y Elodie, preocupada por su salud, ve la oportunidad perfecta para salir de su tediosa realidad y zarpar con él.
Así, Elodie y su padre comienzan una ardua travesía que los llevará a la China más profunda. Una aventura que llevará a la joven a experimentar peligros de todo tipo, incluido el amor. Sharon Biggs nos introduce con esta premisa a una época plagada de prejuicios, en la que Elodie tendrá que abrirse paso. A través de la protagonista vemos una sociedad despiadada y una realidad muy difícil para las jóvenes de su edad. La narración es muy fluida, aunque el principio se nos puede hacer algo lento, y es que la acción tarda en llegar. La autora no se centra mucho en describir la ambientación. Por su parte, se enfoca más en la personalidad de Elodie y en la de los que la rodean, dando a la historia un toque realista y unos personajes redondos. También cabe destacar su gran labor de documentación, la cual reafirma en cada capítulo con curiosidades y hechos históricos que dan más verosimilitud a la novela.
Todo esto, unido a los cortos capítulos en que se distribuye, hace de La orquídea prohibida un libro indispensable para los amantes de la historia y de la literatura feminista.