¿Cómo se pasa de grabar un vídeo para YouTube a que todo el mundo crea que eres el culpable de incendiar una biblioteca de tu ciudad? Eso se pregunta Pablo cuando ve el lío en el que se ha metido solo por quemar un libro delante de la cámara para su canal de YouTube. Tras quemar un ejemplar de El Quijote, a modo simbólico para hablar sobre los clásicos y la lectura, empieza a recibir comentarios muy extraños en su canal y se entera, a través de las noticias, del incendio de una biblioteca cercana en la que se han quemado algunas primeras ediciones de clásicos, ejemplares de valor incalculable.
Las redes no tardan en asociar ambos acontecimientos y muchos se apresuran a acusarle de pirómano. Entre la gente que contacta con él está Adriana, hija de uno de los bibliotecarios que trabajaban en el edificio calcinado y que ha pasado muchas horas entre sus estanterías.
Adriana le cuenta a Pablo una extraña historia: algunos de los personajes de los libros han conseguido huir del incendio y ahora están perdidos en la ciudad. Al principio Pablo desconfía de la joven, pero pronto empiezan a cruzarse con personajes que muchos también identificaríamos de nuestras lecturas: don Quijote, el capitán Nemo o el Principito. También aparecen otros menos reconocibles a primera vista, como la hechicera Morgana o Catherine de Cumbres borrascosas. Pero ¿cómo devolver a estos personajes a sus historias, si los libros se han quemado? ¿Puede que detrás de ese incendio se esconda un propósito más siniestro?
La escritora Ana Alonso nos plantea en esta breve novela, que no llega a las 200 páginas, varias historias que se entrelazan: la de Pablo y Adriana y la de los personajes clásicos que pueblan también estas páginas y cuyas voces reconocerás a la primera, por sus palabras, por su ropa, por su comportamiento. Además, las ilustraciones a color de Luis F. Sanz acompañan la lectura del texto. Al final de la novela se encuentra un dosier a modo de taller literario, en el que se analiza cómo se construyen los personajes en las historias y se proponen actividades de escritura.
Si te interesan los clásicos, los personajes más reconocibles de la historia de la literatura, cómo desarrollarlos para una historia o, simplemente, saber si Pablo y Adriana resuelven el misterio del incendio de la biblioteca, abre las páginas de Palacios de papel y adéntrate en su lectura.