En 1997 se publicó en alemán El jinete del dragón. En él, Lung, un joven dragón, emprendía una búsqueda para encontrar un nuevo hogar para toda su especie. En su viaje se toparía con Ben, un niño huérfano. Ambos se enrolaban en una aventura que los uniría para siempre. Con ellos conocíamos al diminuto Pata de mosca, al duende Piel de azufre y a la familia Wiesengrund.

Veinte años después, la maga alemana de las palabras, Cornelia Funke, publica La pluma del grifo, donde Ben y Lung vuelven a surcar los cielos. En esta ocasión, Ben tendrá que salvar a los últimos huevos de pegaso, que acaban de llegar a MÍMAMEIDR, el refugio para animales mitológicos que los Wiesengrund han creado en Noruega. La muerte de la madre de los potros ha puesto en peligro su nacimiento, ya que la necesitan para poder salir de los huevos, que se convierten en una cárcel minúscula cuando estos alcanzan las seis semanas. La única solución para que los huevos crezcan como lo harían con la saliva de su madre es encontrar la pluma dorada de un grifo. La búsqueda de esta llevará a Ben y compañía hasta Indonesia, donde, en una de sus muchas islas, residen los últimos ejemplares de estos leones alados.

Pero al llegar a la isla, los protagonistas se encontrarán en medio de una guerra civil entre estas criaturas. El conflicto, unido a la mítica rivalidad entre los dragones y los grifos y la maldad de estos últimos hará que quizá la aventura reclame más de lo que esperaban.

Funke regresa con una novela algo más infantil que su última saga, Reckless, pero con la misma calidad e imaginación. A través de distintos ecosistemas (los bosques noruegos, la jungla indonesia o las grandes montañas del Himalaya) la autora construye una trama llena de aventuras con trasfondo ecologista. Este es una constante desde el arranque y con él la autora hace una crí- tica a la desaparición de especies enteras a causa de la mano del hombre.

Las ilustraciones de la propia Funke que acompañan la preciosa edición de Siruela son el colofón de esta segunda parte. La pluma del grifo, más allá de las peripecias que narra, es el retrato de una Tierra casi idéntica a la nuestra, donde los animales mitológicos y los humanos conviven en un mundo que cada vez se les queda más pequeño. ¿Te suena?