Sara Crewe ha vivido en la India con su padre hasta los siete años, pero ahora, como todas las niñas de buena familia, tiene que educarse en un internado en Inglaterra. El traslado es duro, pero Sara es una niña muy madura y saca lo mejor de la situación. Tiene una imaginación muy viva, que lo mismo le sirve para entretener a sus compañeras que para salir adelante cuando la directora o las alumnas mayores se burlan de ella.
Pero su suerte cambia de la noche a la mañana: pasa de ser la alumna más rica del internado a la más pobre. No le queda más remedio que vivir como sirvienta y aguantar el maltrato de la directora, que siempre la ha odiado. Ahora solo tiene su imaginación para mantenerse a flote.
Leer La princesita es vivir todo un viaje en el tiempo. Estamos ante un libro escrito en 1905 y que en 1995 seguía tan vivo que fue adaptado al cine por Alfonso Cuarón (Roma). Hoy día seguramente te produzca sensaciones encontradas. Por un lado está su clasismo o la resignación con la que se espera que las mujeres acepten su destino. La afirmación «todas las niñas sueñan con ser princesas» ahora chirría. Pero por otro lado tenemos una historia emocionante con unos personajes que llegan al corazón. Como las protagonistas de los cuentos de hadas, Sara parte de una situación muy triste y, gracias a su inteligencia, su bondad y una pizca de suerte, logra tener un final feliz.
La princesita es una de las tres obras más recordadas de Frances Hodgson Burnett, junto con El jardín secreto y El pequeño lord. Un clásico de la literatura juvenil que te abrirá los ojos a cómo era la vida, y la literatura, hace poco más de un siglo.