Esta es la historia del príncipe Sebastián y su costurera personal Frances, pero también la de Lady Cristalia, la dama que acaba de alzarse con el título de Miss Mermelada... que no es otra que el príncipe ataviado con los vestidos que Frances le confecciona. Pues hay veces que este se siente Sebastián, y se viste con sus trajes de príncipe, y otras en que simplemente prefiere ser Lady Cristalia, y usa preciosos vestidos que atraen todas las miradas, eso sí, fuera de la corte.

Sebastián está muy seguro de quién es, pero hay algo que le asusta de verdad: ascender al trono. Frances sueña con ser algo más que la costurera del príncipe: una modista de éxito. Ambos tienen bastante claro lo que quieren ser, pero entre el querer y el deber hay un buen trecho.

De la coautora de En la vida real llega El príncipe y la modista, una novela gráfica donde la trama y el dibujo coinciden en sencillez y belleza. La calidez de ambos es algo a remarcar, puesto que es complicado que una lectura tan breve (y ligera) sea capaz de conseguir lo que esta: hacer que el lector se sienta realmente apegado a ella en muy poco tiempo.

Pero, en parte, lo más especial de la novela es, más allá de que haya o no una trama amorosa, cómo los dos protagonistas se miran y se reconocen en los ojos del otro. Cómo deciden caminar de la mano, sin apenas darse cuenta, y seguir unidos, aunque aparezcan obstáculos que les hagan creer que todo está perdido.

En resumidas cuentas, El príncipe y la modista es un cuento moderno con dos protagonistas decididos y una vuelta de tuerca a las historias de amor. Una novela gráfica que vale su peso en oro.