En una clase de un instituto, una alumna cualquiera mira por la ventana distraída mientras su profesor explica el temario. Como cualquier otro profesor, le echa la bronca por no atender. Pero ella no es otra alumna más, el instituto no es cualquier otro y lo que observa por la ventana no se le irá de la cabeza con facilidad.
Ella es Penélope y estudia en el instituto San Isidro, uno de los más significativos y con más historia de Madrid. Lo que ve desde su pupitre es bastante inquietante: en el palacio en ruinas que se sitúa junto al centro se le ha aparecido una visión fantasmagórica. La aparición no es otra que la mujer de Godoy —el primer ministro de Carlos IV—, quien llevó una vida muy trágica en el palacete tras ser abandonada por su marido.
La sensación de desasosiego que le provoca a Penny esta mujer se ha extendido a toda la clase de 3º C, que últimamente se muestra más alicaída que de costumbre. La protagonista, ante el cansancio por la recurrencia de estas visiones, decide actuar. Junto a su nuevo amigo Quique se sumerge en las profundidades del instituto para cambiar las tornas.
Con este volumen, Rosa Huertas cierra el tríptico que inició con Tuerto, maldito y enamorado y Sombras de la Plaza Mayor, centrada en el instituto San Isidro. Esta serie se caracteriza por la importancia que adopta la ambientación en la capital española: ahonda en edificios que tienen vida e historia.
En esta novela, la autora trata de explorar la relación entre dos adolescentes que están iniciando una amistad en unas circunstancias extraordinarias. A medida que la historia avance, también lo hará su amistad. Para ello, se juega con los géneros, y la fantasía y la realidad se mezclan, de la misma manera que lo hacen el presente y el pasado, algo que es ya el sello característico de la escritora. Además, la relación de estos adolescentes con sus padres será un pilar narrativo: ellos también esconden secretos.
El misterio que se plantea conecta con los de los libros anteriores, pues personajes que ya conocíamos reaparecen una vez más aquí, a pesar de que la historia se pueda leer de manera independiente.
En un libro entretenido donde las aventuras se viven en las propias aulas, Rosa Huertas concluye este homenaje al instituto San Isidro.