Todo el mundo sabe que los aviones siempre se retrasan. Por desgracia para Hadley, esta vez, el vuelo más importante de su vida sale puntual... y ella llega cuatro minutos tarde. Cuatro minutos que supondrán un antes y un después en todo.

En el siguiente avión conocerá a Oliver. Él tiene el asiento 18C y ella, el 18A. Juntos atravesarán el océano Atlántico y, durante esas cerca de siete horas, pasarán de ser unos absolutos desconocidos a confesarse sus preocupaciones y sueños más personales. Descubrirán que, a pesar de sus diferencias, tienen mucho en común. Pero para cuando decidan que, quizás, merezca la pena luchar por ese inesperado flechazo que ha surgido entre ellos, ya será demasiado tarde... ¿o no?

La probabilidad estadística del amor a primera vista es una magnífica novela contemporánea juvenil con un alto componente romántico. Utilizando un narrador en tercera persona y en presente, Jennifer E. Smith va desgranando esta curiosa historia de amor surgida a varios kilómetros sobre la tierra. El estilo, sencillo y directo, está plagado de detalles, de diálogos absorbentes y de sensaciones a flor de piel.

Tanto la voz de Hadley como la de Oliver están muy logradas. Si bien llegamos a conocerla mucho mejor a ella que a él a través de las anécdotas y recuerdos que la autora va desmenuzando con mano experta, el personaje de Oliver y el creciente misterio que le envuelve serán una de las claves para que el lector devore la novela en apenas un par de horas.

Cada vez nos encontramos con más libros que se publican en juvenil en su país de origen, pero cuando llegan a España salen en colecciones para adultos. La probabilidad estadística del amor a primera vista es uno de esos casos. Pero, a diferencia de otras ocasiones, esta novela es 100% juvenil, con las dudas propias de la edad de sus protagonistas, el surgir del primer amor y los problemas con los padres. No entendemos muy bien por qué en España lo ha publicado Suma de letras, editorial dirigida al público adulto, y es una lástima que no vaya a llegar a su público objetivo. Suerte que tú lees El Templo de las Mil Puertas y estás avisado.