La señora Frisby y sus hijos son una familia de ratones que pasa el invierno en su casa subterránea en una granja. Cada año, cuando se acerca el calor, vuelven al campo antes de que el granjero empiece a arar el campo. Por desgracia, su hijo Timothy ha caído enfermo, y este año el calor ha empezado antes que de costumbre. La señora Frisby deberá encontrar el modo de evitar que el arado triture su casa antes de que Tim esté en condiciones de viajar, pero para ello necesitará la ayuda de las ratas de Nimh.
La historia, con personajes casi exclusivamente animales, es en realidad la metáfora de un argumento que podría haber estado protagonizado por personas. A través de las ratas de Nimh, que son especialmente inteligentes a causa de un experimento científico, comprendemos con facilidad el comportamiento humano en situaciones de riesgo, de trabajo en equipo, de amistad o de ambición. Todo contado con un lenguaje ameno y reconfortante, que acerca al lector temas que de otro modo hubiesen resultado agobiantes. Un libro de los que ya no se publican, porque no pertenece a un género en concreto ni está dirigido a un público determinado.
La señora Frisby y las ratas de Nimh, publicado en nuestro país en 1985 y reeditado más de diez veces desde entonces, sobrevive a duras penas en nuestra memoria en parte gracias a la película que se adaptó en 1982. Su director, Don Bluth (el mismo de En busca del valle encantado o Anastasia) nos mostraba una versión de la historia, con más magia que la original, pero también mucho más tenebrosa. La película se titulaba Nimh: el mundo secreto de la señora Brisby (ignoramos por qué cambiaron el nombre, en especial cuando en inglés se titulaba El mundo secreto de Nimh) e incluía bastantes cambios en el enfoque de la historia, dando importancia a los personajes secundarios y modificando la trama para aumentar el suspense.
Su autor, Robert C. O´Brien, trabajaba como periodista para el National Geographic y escribió muy pocos libros. Años después de la adaptación de la película, su hija, Jane Leslie Colin, publicó dos secuelas de la historia, que no han sido traducidas al castellano, y es que en EEUU el libro siempre tuvo y sigue teniendo mucho éxito, y es lectura recomendada en los colegios.
Quizá con la película quisieron convertir la sencilla historia del libro, que habla de lealtad, de amistad y de perseverancia, en algo más comercial, más emocionante, más estereotipado. Y es una pena, porque el libro, con su sencillez, dejaba huella en la memoria de los lectores, la huella de una de esas historias agradables, fáciles de leer y que dejan con buen sabor de boca.
Este pequeño libro es una de las bellas cosas que no se deben olvidar.