Entras en la cafetería donde trabaja la novia de tu mejor amigo y, ¿qué te encuentras? Una foto de tu cara. Sí, una foto de tu cara. Y es que, entre los 8,623 millones de habitantes de Nueva York, aquel chico monísimo con el que te cruzaste en la oficina de correos te está buscando. Sí, el que conociste precisamente mientras enviabas a tu exnovio una caja con todos sus recuerdos, justo antes de que os separara un flashmob de una pedida de mano.
¿Y si fuéramos nosotros? es una historia narrada a dos voces por Arthur y Ben. El primero es un chico de Georgia de dieciséis años que solo estará en la ciudad durante el verano debido al trabajo de su madre, haciendo de becario en su oficina. El segundo, un joven neoyorquino de orígenes puertorriqueños destrozado por la reciente ruptura con su novio, el que había sido su mejoramigo. Por si no fuera poco, se ve encerrado con este en la escuela de verano, los dos al borde de repetir curso.
Y es que Arthur y Ben son tan, tan distintos. El uno, creyente en el destino y en la magia del universo; el otro, en que el universo tiene que ocuparse de sus propios asuntos. Junto a ellos, conoceremos la magia de las primeras veces, pero también las dudas, los conflictos y las expectativas imposibles de cumplir. Los personajes secundarios también tienen un papel crucial en la historia, sobre todo los grupos de amigos y las familias de los protagonistas.
Igual que la novela está narrada por dos personajes, también está escrita por dos autores: Becky Albertalli y Adam Silvera. Aunque es verdad que se nota bastante quién está detrás de cada personaje, cada uno aporta un poquito de sí mismo: su humor, sus raíces o, incluso, su amor por Harry Potter. Y es que, si los dos escritores eran ya geniales por separado, juntos han resultado ser una combinación explosiva.