Liv está acostumbrada a mudarse de una ciudad a otra, pero esta vez es diferente: su madre se ha enamorado y quiere irse a Londres para vivir con Ernest. Esto reunirá bajo el mismo techo a Liv, a su hermana Mia, a Lottie, que es su au pair desde hace doce años, y a los hijos de Ernest: Florence y Grayson.
Las clases empiezan como en cualquier otro instituto, pero entonces la protagonista descubre algo que le llama la atención: Grayson tiene un tatuaje con una frase en latín en la muñeca, y lo mismo pasa con sus tres mejores amigos. Las cosas se vuelven aún más raras esa noche, cuando Liv sueña que está con los cuatro chicos en un cementerio. Ella piensa que es solo un sueño, pero pronto descubrirá que Grayson, Henry, Arthur y Jasper recuerdan todo lo que hablaron en él.
Además los cuatro amigos están rodeados por un halo de misterio: el curso anterior, Arthur y Anabel eran la pareja perfecta, pero entonces el ex de Anabel murió en un accidente y ella se marchó a estudiar a Suiza. Los rumores se mezclan con la verdad y solo una cosa está clara: Anabel era el quinto miembro del grupo y ahora los chicos quieren que Liv ocupe su lugar.
Silber es la primera novela juvenil de Kerstin Gier tras su saga El amor más allá del tiempo, un libro que todos sus fans esperábamos con muchas ganas. En esta ocasión también encontraremos una trama fantástica, humor y una carga importante de romance. Silber divierte y entretiene, aunque no engancha tanto como Rubí.
Liv cae bien desde el principio, igual que Mia y Lottie, y su situación familiar da mucho juego. Grayson, su nuevo hermanastro, no solo es popular y dos años mayor, sino que es amigo de los chicos más guapos del colegio, que además guardan un lúgubre secreto. Sin duda Liv está tan encantada de vivir esta situación como nosotros de leerla. El único problema es que, al haber tantos personajes, el protagonismo está más repartido. No llegamos a conocer del todo al chico, y en su relación con la protagonista no hay tanta química como entre Gwen y Gideon.
El mundo onírico, poco explorado en la literatura juvenil, está reflejado de manera creíble, y permite a la autora mantener la trama en un interesante equilibrio entre el realismo y la fantasía.
Silber tiene un final cerrado, pero Kerstin Gier deja intuir que aún queda mucho por explorar en este mundo de los sueños. A nosotros nos ha vuelto a atrapar con sus personajes y su pluma ágil y divertida, y esperamos poder leer el segundo libro dentro de poco.