Se han escrito numerosas historias sobré qué pasaría si se nos acabaran los recursos naturales, si no pudiéramos respirar el aire que nos rodea o se acabara la luz del sol, pero ¿te has planteado alguna vez qué sucedería si desapareciera la gravedad?

Así comienza Skyward, con el día G: el día que desapareció la gravedad y millones de personas murieron al ascender al espacio sin nada que los amarrara a la Tierra. Willa Fowler era apenas un bebé cuando sucedió la catástrofe y ahora no tiene recuerdo alguno de lo que era vivir en gravedad. Su madre falleció ese día mientras salía a correr, y su padre tiene tal trauma que no es capaz de salir de casa. Willa ahora es repartidora y surca los cielos haciendo llegar los paquetes a sus respectivos destinatarios. Pero está cansada de vivir así: sin salir de la ciudad, sin saber qué hay más allá, solo preocupada por el bienestar de su padre. Necesita respuestas sobre lo que pasó, aunque eso le pueda costar la vida.

Joe Henderson, guionista de la serie de televisión Lucifer, es la mente pensante detrás de esta locura de trama. Y es que por mucho que creas que tienes idea de cómo sería la vida sin gravedad, permítenos que te llevemos la contraria. ¿Acaso te has planteado cómo sería una tormenta sin gravedad?

Más allá del indudable trabajo de investigación que hay detrás de esta trama, los diálogos y los personajes son redondos y definidos. Leyendo tan solo el primer tomo ya nos hemos hecho una idea de cada uno de ellos. Joe Henderson se atreve incluso a generar un mundo con diferencias entre clases sociales: la clase obrera, que acepta la nueva realidad antigravitacional, y la clase más pudiente, que se puede permitir el lujo de vivir anclada a la tierra, ajenos a lo que está teniendo lugar sobre sus cabezas.

Además, no podemos olvidarnos de Lee Garbett y Antonio Fabela, resposables del dibujo y del color, respectivamente. Ellos han creado escenas sorprendentes, no solo por su atención al detalle, sino también por su magnitud, con grandes viñetas, que en ocasiones ocupan ambas páginas. Los dibujos están plagados de movimiento y transmiten la idea de que los personajes realmente flotan, lo que ayuda a una experiencia más inmersiva.

Dentro de poco Skyward se adaptará a la gran pantalla, y lo tiene todo para ser un éxito.