En el pueblo hay una bruja. Dicen que le dio de comer su ojo al diablo; dicen que secuestra mascotas y se alimenta de los animales atropellados en la carretera; dicen que lanza hechizos con sus huesos.

Cuando Buen Chico desaparece, Snapdragon está decidida a recuperarlo, aunque para ello tenga que enfrentarse a la temible bruja. Y no solo encuentra a su perro, sino también a Jacks, una vieja algo gruñona que sí, recoge a los animales de la carretera, pero no para hacer estofado. Ambas llegan a un acuerdo: Jacks enseñará a Snapdragon a cuidar de las zarigüeyas huérfanas que ha encontrado; a cambio, esta la ayudará con… sus tareas, sean las que sean.

Junto a la entretenida historia de una niña y una anciana cuidando animales, hay muchísimas cosas que ocurren de fondo y, sobre todo, de manera natural, en Snapdragon. Las vidas LGTB+, la raza y la clase social, los vínculos familiares, las relaciones abusivas, las familias monoparentales, se entretejen para crear una trama y unos personajes tan vivos, tan reales, que parece que los conociéramos desde hace años. Y, aunque trata más de un tema difícil, lo hace de forma sencilla, como parte de la vida; la alegría, la posibilidad de aprender y cambiar y las segundas oportunidades se imponen siempre en esta historia, pero nunca de manera ingenua, sino como declaración de intenciones.

Esta novela gráfica de Kat Leyh la ha publicado Astronave en España, en una preciosa edición en cartoné. Las viñetas de Snapdragon están llenas de color, de energía y de movimiento; parece que los personajes estén a punto de saltar de una a otra. No hay paleta de colores determinada, pero el azul tranquilo de Jacks y, especialmente, el fucsia brillante de Snapdragon, destacan a lo largo de todas sus páginas.

Snapdragon es, sin lugar a dudas, una auténtica joya, para niños y adultos.