Teresa tiene una vida sencilla: el cuidado de sus gallinas, las idas y venidas del mercado, la rutina con su madre. Quizá lo más emocionante es la existencia de Cas, Casandra, a la que acogieron años atrás. Las dos chicas tienen una relación muy especial, casi simbiótica: pasan la mayor parte del tiempo juntas, comparten un lenguaje privado y fantasean con vidas mejores.

Aunque los días de Teresa sean tranquilos, por las noches todo cambia: las pesadillas cada vez son más reales y tiene la sensación de que cientos de ojillos la observan desde la oscuridad. En esos casos, lo único capaz de calmarla es la presencia de Cas junto a ella, en la cama.

Los malos presagios cobran fuerza con la trágica muerte de Casandra. A partir de ahí, la realidad empieza a desdibujarse. Sin embargo, la conexión de ambas es tan fuerte que Teresa sabe que existe la posibilidad de que se reencuentren. Lo que ocurre es que para ello deberá descender al mismísimo inframundo. Y, en el caso de que consiguiera atravesarlo, ¿sería posible deshacer el camino después?

El sol allá arriba es la última novela de Clara Cortés, a la que ya conocemos por obras como Clementine o The Lucky Ones, este último escrito a cuatro manos con Paula Peralta. Este libro te sorprenderá tanto si no conoces a la autora como si ya la has leído antes, pues esta incursión en el terror fantástico se aleja de sus historias anteriores, esas cálidas y reconfortantes (aunque también dramáticas) a las que nos tenía acostumbrados.

El estilo de Clara se caracteriza por ser conciso a la vez que poético. Esta novela es dura, con algunos tramos bastante turbios y gores, pero no pierde la sensibilidad que la caracteriza. Su pluma se vuelve inquietante para narrar algunos hechos macabros, aunque incluso ahí trata de buscar la belleza.

El terror en El sol allá arriba no es tanto sangre y muerte como paisajes perturbadores y criaturas sacadas de nuestras pesadillas. Pero, sobre todo, el terror aquí es sinónimo de soledad y desesperación. La autora nos guía por su particular concepción del inframundo, que podrá aterrarte más o menos, pero sin duda te sorprenderá.

Lo más destacable de la obra y quizá el mayor logro de la autora es la relación tan especial entre las dos chicas protagonistas. El objetivo de Teresa es estar junto a Cas, por eso la sigue al mismísimo inframundo, pero el amor de Cas hacia ella es igual de fuerte. La chica quiere tanto a Teresa que está dispuesta a cualquier sacrificio con tal de que ella vuelva arriba, a donde brilla el sol bajo el que se enamoraron. Esta relación no es solo romántica; da la impresión de que la conexión es tan fuerte que comparten los mismos órganos, el mismo corazón.

En la actualidad, cada vez podemos encontrar más historias diversas, pero la realidad es que el porcentaje de historias sáficas, y sobre todo de aquellas que no acaban en tragedia, es muy pequeño. A pesar de los horrores que viviremos a lo largo de las páginas, no todo son lágrimas. Esta novela es oscura, pero también bella y, sobre todo, esperanzadora.

El sol allá arriba es una interesante reinterpretación del mito de Orfeo y Eurídice. A partir de los ecos de algunas historias que llevamos escuchando desde niños, Clara Cortés teje una historia de amor que sobrepasa la tierra y el infierno.