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Tártarus
Antonio Manuel Fraga

Xerais
Libros que no leerás en español El Templo#64 (junio 2018)
Por Alicia D. Carballeira
2.560 lecturas

La ciudad de Audierna está dividida entre ricos (güedos) y pobres (mallumás), dos comunidades separadas no solo geográficamente, sino también por el odio y la discriminación. Guiomar, nuestra narradora, es una chica güeda que recuerda las clases de música a las que asistió durante su adolescencia en la casa de Mastrina Xaovén. La maestra le había propuesto un trato: contarle una historia a cambio de que Guiomar aprendiera a tocar la klavia, un instrumento que la chica odia profundamente. De esta manera, la Mastrina empieza a narrarle la historia de Átika, una niña güeda que asiste de incógnito a un concierto en un distrito mallumá. Átika pierde el tren de vuelta a casa y después de unos cuantos problemas conocerá a Fuco, un niño de la calle que está obsesionado con descubrir por qué la ciudad está infestada de alacranes.

Esta novela está tejida con hilos de historias muy diferentes y que, sin embargo, se mezclan a la perfección. Crea imágenes de un mundo fantástico en el que fácilmente podemos reconocer el nuestro propio y nos lleva a reflexionar, de forma muy sutil, sobre cosas que en un primer momento no parecían tener nada que ver con lo que estábamos leyendo. Al principio, el libro trata sobre una adolescente que va a clase de música porque sus padres la obligan, pues consideran que será bueno para su expediente. Pero a las pocas páginas encontramos escenas donde algunos personajes tienen que luchar contra la discriminación y el olvido.

Además, Tártarus nos presenta un elenco de protagonistas marcadamente femenino, donde las mujeres llevan la voz cantante y crean su propia historia. También cabe destacar la variedad de sus personalidades. Pese a que Átika y Guiomar comparten ciertos rasgos, como la tozudez o la impaciencia, la Mastrina Xaovén se desmarca de esto y se presenta como una narradora de historias y una hábil profesora de música que trata de guiar a su alumna lo mejor posible.

Con un argumento ligero pero interesante que intercala las dos líneas argumentales, la de Guiomar y la de Átika, y una extensión más bien corta, Tártarus se convierte en una novela para el verano, con algo de intriga y mucha fantasía, que dejará a los lectores con ganas de saber más sobre sus protagonistas.