Si un chico se te acerca en una discoteca y te dice algo parecido a: «Eres la Duff del grupo así que, si soy amable contigo, tus amigas querrán acostarse conmigo», lo más lógico es enfadarse. Esa es también la reacción de Bianca que, en cuanto escucha la explicación de la expresión «The Duff», le tira la Coca-Cola a Wesley encima y no quiere saber nada más de él.
En inglés, Duff es el acrónimo de «Designated Ugly Fat Friend», expresión que designa a la amiga fea de un grupo de chicas. Después de esta primera impresión, lo último que espera Bianca es acabar liándose con Wesley, el ligón oficial del instituto. Wesley le parece un creído que se aprovecha de que las chicas le adoran. Pero la situación complicada en casa de Bianca provoca que la joven busque una distracción, y esta vía de escape acaba siendo precisamente el chico con el que nunca pensó que se acostaría: Wesley.
La relación entre ambos comienza muy clara: Bianca queda con Wesley cuando a ella le apetece y solo son amigos con derecho a roce. Cada vez que ella necesita relajarse, quitarse la tensión de encima, acude a casa del chico y se acuestan. Conforme avanza la novela, Bianca comienza a darse cuenta de que no solo ella tiene problemas familiares y que quizás la seguridad de Wesley sea solo una fachada.
Kody Keplinger ha conseguido crear personajes adolescentes realistas, con unos diálogos ágiles y divertidos gracias a los cuales terminarás el libro sin apenas darte cuenta. También la trama y la naturalidad con la que la autora trata el tema del sexo, provoca que sea un libro juvenil, cercano y un soplo de aire fresco en el género romántico juvenil. Aunque los personajes protagonistas ocupan la mayor parte de la novela, los padres de Bianca están bien retratados en la novela y las amigas de Bianca, la Duff, también aportan momentos divertidos. La autora escribió este libro cuando era adolescente, probablemente por eso la forma de comportarse de los protagonistas sea tan cercana y realista, aunque quizás al tono con el que presenta algunos problemas le falte un poco de madurez.
Si tú también le tirarías la Coca-Cola por encima al chico que te llamara «The Duff», coge esta novela de la estantería y no esperes más para leerlo.