A no ser que te llamases Felipe II, la vida en la España de finales del siglo XVI no era fácil de sobrellevar. Los niveles de analfabetismo eran muy preocupantes y, debido a los altísimos impuestos que costeaban las guerras libradas en tierras que nadie sabía situar, la pobreza se extendía por todo el reino.
La familia de la joven Catalina Solís no era una excepción. Si bien el padre, un reputado forjador de espadas toledano, traía salario y prestigio a casa, vivían en la más absoluta modestia. Sin embargo, sus vidas sufrieron un tremendo vuelco cuando la Inquisición los denunció por estar en posesión de libros prohibidos, como El Lazarillo de Tormes. Como castigo, el padre fue detenido y finalmente ejecutado. Sumidos en las deudas y el rechazo social, la madre no pudo soportar la presión y puso fin a su vida.
Huérfanos y desamparados, Catalina y su hermano Martín lo creían todo perdido, cuando un golpe de suerte llegó de imprevisto: un pariente lejano les ofrecía cobijo en el nuevo mundo, más allá del océano Atlántico.
Todo sonreía de nuevo a los hermanos hasta que la nave en la que viajaban hacia América fue abordada por piratas ingleses, llegando a las costas de Tierra Firme. Los corsarios acabarán con la vida de Martín, y Catalina conseguirá huir, aferrada a un batel que impulsaba por la corriente.
Golpe tras golpe, Matilde Asensi pone a prueba a una protagonista valiente y decidida a sobrevivir en un mundo que no se lo pone nada fácil. La acompañaremos en su viaje por las antiguas colonias del nuevo mundo, entre marineros, piratas y contrabandistas, viviendo trepidantes experiencias que despertarán al pequeño aventurero que llevamos dentro.
Tierra firme es la primera parte de una trilogía a la que siguen Venganza en Sevilla y La conjura de Cortés. Gracias al arduo proceso de documentación al que fue sometida la novela, viviremos una lectura sumamente sensorial, descubriendo los olores de los mercados del siglo XVI, las canciones que se cantaban en alta mar, los nuevos sabores que llegaban de aquellas misteriosas tierras y la vidas en las colonias que hoy dan nombre a ciudades con millones de habitantes.
¿Te sientes capaz de viajar a finales del siglo XVI? Ten cuidado, puede ser lo último que hagas.