¿Que te apetece leer?
Cuéntanos qué quieres leer y el Recomendador te dirá qué libros encajan con tus preferencias.

La última noche
Rainbow Rowell, Faith Erin Hicks

Alfaguara
La Comicteca de El Templo El Templo#73 (diciembre 2019)
Por Pablo G. Freire
2.265 lecturas

Cada Halloween, como parte de los festejos otoñales, abre sus puertas el mundialmente famoso Huerto de Calabazas: un auténtico parque temático consagrado a las posibilidades lúdicas y culinarias que este fruto puede ofrecer (que son muchísimas más de las que puedas imaginar).

Para Deja y Josiah esta será la última noche de su último año en el Huerto de Calabazas antes de irse a la universidad, pero como empleados de la Cabaña de la Cocina nunca han podido disfrutar de las fiestas como la ocasión lo merece. Antes de afrontar una dura despedida tras años de amistad, Deja traza un plan infalible: tomarse el día libre, pasarlo en grande degustando todos los derivados imaginables de la calabaza y aprovechar para que Josiah se atreva por fin a hablar con esa chica tan dulce del Palacio del Pastel. Ah, y todo ello sin que los atropelle Buck, la cabra.

Con unos ingredientes como estos, el resultado es una novela gráfica muy tierna con dulce regusto a calabaza y excelente presentación que se devora del tirón. Los lectores más avispados ya habrán adivinado por qué camino nos llevará la autora. La trama que nos plantea Rainbow Rowell no es precisamente la más original, y acaba resultando demasiado lineal y predecible. Donde realmente recae toda la fuerza es en la relación entre los dos protagonistas, cocinada a fuego lento. Confesamos que sus diálogos nos han dejado con el corazón calentito como una nube de azúcar.

A la hora de caracterizar a Deja y Josiah, pero también al espacio que los rodea, La última noche despliega toda la creatividad que le faltaba a su argumento. Tan importantes como el guion de Rowell son las ilustraciones de Faith Erin Hicks, que plasman ambos elementos con mucha personalidad. Si la pareja protagonista nos inspira ternura es por la expresividad que irradian sus rostros, y si la ambientación es tan efectiva, es por la colorida interpretación que hacen de ella las viñetas.

Una cosa nos ha quedado clara: los huertos de calabazas de Omaha molan mogollón. Y aunque esta visión hiperbólica de los mismos sea producto de la imaginación de las autoras, se convierte en el escenario perfecto para una comedia romántica que no por simple ha dejado de conmovernos.