Esta reseña contiene spoilers de La ciudad de los ladrones. Si aún no lo has leído, procede bajo tu propia responsabilidad.

Nadie sabía lo que aguardaba en la superficie. Quizás ya no quedara nada, o puede que hubiera un mundo mejor esperando a ser descubierto. Pero la ciudad de Ysgrand había permanecido oculta bajo tierra por una razón.

El mundo que sus antepasados habían dejado atrás no era mejor que el que enterraron en la arena: un gigantesco desierto controlado por la Mafia dunita y amenazado por la presencia de androides asesinos y monstruosas mutaciones, consecuencia del Accidente que antaño dividió a la sociedad. Allí donde no hay más que ruinas de una antigua civilización, tan solo la Resistencia planta cara a la todopoderosa Mafia, pero ninguno de los dos grupos será particularmente benévolo con los recién llegados de Ysgrand. La ciudad subterránea era solo el principio; en el mundo exterior aguardan muchos más peligros de los que nunca tuvieron que afrontar.

El final de La ciudad de los ladrones nos dejaba con la miel en los labios y una gran incógnita. ¿Qué nos encontraríamos más allá de Ysgrand? La respuesta con la que abre El valle de los ladrones parte de un conflicto relativamente similar, una ambientación menos definida y un rumbo que no nos acaba de quedar claro. No obstante, poco a poco la novela recupera el interés perdido, y lo hace valiéndose de lo que mejor funcionaba en la primera parte: un narrador en tercera persona que adopta con humor y habilidad la perspectiva de los múltiples personajes. Algunos son nuevas caras, otros, viejos conocidos, y en conjunto conforman un nutrido y coral reparto en el que no falta de nada. A través de ellos y de sus relaciones la autora nos relata historias de amor e identidad en todas sus formas, que destacan por encima de la acción o la aventura. Así, con hermosos mensajes de igualdad y justicia, cierra una bilogía llena de propósito que, aunque no del todo satisfactoria en su desenlace, triunfa en su cometido.

Si en su momento disfrutaste con La ciudad de los ladrones, no podemos más que recomendar que regreses a su mundo, un mundo que se ha vuelto más grande, y mucho, mucho más peligroso.