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Veinte días de abril
Ana Alonso

Anaya
Reseñas de novedades El Templo#81 (abril 2021)
Por Elena Romero
2.744 lecturas
Pablo se encuentra a kilómetros de casa. Estudia en Stirling, Escocia, desde principios de curso. Su vida se desarrolla en el pequeño mundo que es el campus universitario. No está pasando por su mejor momento, y el mes de abril lo deja más que claro: la relación que mantenía con Sofía se derrumba definitivamente, lo que provoca su mudanza a una nueva residencia de estudiantes. 
 
Dicen que los desastres nunca vienen solos. Quizá por eso, nada más llegar a la habitación en la que pasará el resto del curso, decretan el confinamiento domiciliario a causa de la pandemia. Por suerte, los desastres también unen, y Pablo enseguida encuentra en sus compañeros de residencia una nueva familia. 
 
Veinte días de abril, de Ana Alonso, es una historia que relata las semanas más duras de la crisis mundial provocada por el COVID-19. La incertidumbre que cubría nuestros días, la extraña emoción al saber que estábamos viviendo algo histórico en primera persona, el hastío ante la limitada rutina y, finalmente, el desánimo generalizado. Todos estos temas están tratados a través de diferentes puntos de vista, que van desde la confusión hasta el humor, logrando una sensación de cercanía que hará que volvamos a esa época, aunque esta vez a cierta distancia prudencial.
 

Hay que destacar a los compañeros de residencia o vecinos; estos personajes secundarios están construidos en profundidad, con sus metas, sus miedos, su trasfondo personal, y también con sus manías y excentricidades. Las procedencias del grupo no podrían ser más variadas: Rusia, Japón, México… No obstante, sus semejanzas son mucho más numerosas que sus diferencias. 

 
El aprendizaje de Pablo en estos días de película postapocalíptica no le servirá solo para sobrevivir a una pandemia, sino también para superar una ruptura amorosa especialmente dolorosa y disfrutar más de su primera experiencia viviendo en el extranjero, tan lejos de casa; en definitiva, aprendizaje para toda la vida. 
 
A través de una situación tan extrema como una crisis global, Pablo conocerá la importancia de rodearse de gente que te quiere, te respeta, te apoya y te valora. De la misma manera que poco a poco asimilará que debe desprenderse de la gente que no lo hace… Claro que eso siempre resulta más difícil. 
 
Veinte días de abril es una historia sencilla y entrañable que nos recuerda algo que olvidamos con facilidad: las cosas mejoran. Y, en ocasiones, incluso antes de lo que pensamos.