¡Atención! Solo aquellos que hayan leído El orgullo del dragón deben embarcarse en esta reseña. De lo contrario, pueden encontrarse con spoilers para los que no estarán preparados…
Dos naciones enfrentadas tienen la mirada puesta al otro lado del océano y las armas apuntadas hacia el enemigo. Viria, la tierra de los hombres, y Gyneyka, la tierra de las mujeres, se preparan para desplegar todo su poder en la guerra por librar. El orgulloso dragón envía a parias y delincuentes en primera línea de batalla a bordo del BRV San Brug, donde viajan Via Lavalle y Neith Sinagra. El vengativo unicornio responde abriendo fuego sin piedad desde sus máquinas voladoras. Irati Burgoa pilota una de ellas, con el recuerdo de Gadea Haizea alimentando cada una de sus balas.
En Gyneyka, Eider Haizea y Saroi Burgoa aguardan en tierra, atrapados en un sistema injusto y sin posibilidad de escape. En Viria, la Sociedad del Fénix no pasa por su mejor momento, con Arabella Medici recluida en un convento y Valeria Barnei torturada por los censores. La Muerte observa desde los márgenes. Ya casi puede acariciar las almas de quienes van a caer.
Aunque la novela abre con marcados tintes bélicos y una épica mayor que la de El orgullo del dragón, el foco enseguida se centra de nuevo en su amplio abanico de personajes; diminutos peones atrapados en este conflicto.
Una vez más, la prosa de Parente y Pascual brilla en las distancias cortas: cuando el tiempo se detiene y contenemos la respiración esperando ese beso que parece que nunca llegará. Desde una perspectiva más global, es cierto que a la primera mitad de la novela le cuesta despegar, cociendo a fuego demasiado lento conflictos muy similares a los de la primera parte. En el desenlace la acción se precipita, y en el fragor de la rebelión se cocinan las dinámicas más interesantes de la novela. Hasta ahí podemos leer sin rozar el spoiler, pero te damos un último consejo: no pierdas de vista al personaje de Muerte. Sus apariciones, aunque macabras, son deliciosas.
La venganza del unicornio pone punto y final a una bilogía que quizá no sea la mejor puerta de entrada si todavía no conoces la obra de sus autoras, pero hará las delicias de sus lectores habituales.