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War and peas
Elizabeth Pich y Jonathan Kunz

RBA Libros
Reseñas de novedades El Templo#79 (diciembre 2020)
Por Raquel Periáñez
1.516 lecturas

Una bruja macarra con un gato negro, un mayordomo encerrado en el sótano y muy poco tiempo para tonterías; la Muerte haciendo chistes sobre su trabajo y la burocracia que conlleva; un robot perdidamente enamorado de la científica que lo diseñó; un oficial de policía demasiado sexy o una naturaleza que odia (y con razón) a los humanos.

Todo esto y más aparece en War and peas, un webcomic de Instagram creado por los alemanes Elizabeth Pich y Jonathan Kunz que este año ha dado el salto a la versión física en inglés, alemán y español. Atendiendo al formato de Instagram, donde sigue publicándose todos los domingos, cada tira cuenta una situación únicamente en cuatro viñetas, por lo que el cómic es una recopilación de pequeñas historias independientes. Sin embargo, algunos personajes, como los mencionados anteriormente, se repiten y le dan una cierta continuidad.

El estilo de dibujo es sencillo, en tonos pastel y neutros. La portada es muy llamativa, con la bruja y la Muerte en primer plano mirándose, lo que da una idea del tono de las viñetas. El sobretítulo de esta publicación es «cómics divertidos para mentes retorcidas», y es que esta compilación de tiras cómicas está llena de humor negro, chistes ingeniosos y dobles significados.

Sin embargo, hay algo de tierno en las historias y también de inofensivo: la mayoría de las risas que provocan vienen de los juegos de palabras y los chistes demasiado literales y algo grotescos. El propio nombre del webcómic es un juego de palabras, ya que «war and peas» significa, literalmente, «guerra y guisantes», pero suena igual que «war and peace», es decir, «guerra y paz».

No hay tema que no aparezca entre sus páginas, desde lo más serio hasta lo más absurdo, e incluso tiene un poco de reivindicativo en algunas viñetas en temas como la igualdad de género, sin perder su humor habitual.

En general, un cómic muy divertido, perfecto para leer haciendo un ritual de brujería, o, si lo prefieres, tomando una taza de té.