Corre el periodo de entreguerras y en las calles de Londres se respira una polarización inevitable. Felix nunca se había planteado su posición política, pero todo cambia cuando un desfile de los camisas negras le corta el camino a casa.

Gracias a Nat, un joven comunista, escapa de la revuelta. Entablan una conversación en la que él le revela su intención de pasar a la acción: se ha alistado como voluntario para combatir el fascismo en España. La determinación del chico basta para abrirle los ojos ante la realidad, aunque lejana, que amenaza el mundo. Así, mientras Nat se entrena junto al bando republicano, Felix se ofrece voluntaria para acudir como enfermera. Marcha a la guerra en secreto, pues su familia jamás lo permitiría.

Cuando su hermano y el amigo de este, George, se enteran de los planes de Felix, ella ya está fuera de su alcance. Esto no frena a George, que pensaba declararle su amor, y se enrola como corresponsal para cubrir la guerra civil española.

Como ves, te traemos este libro que no leerás en español por un motivo curioso: cubre parte de nuestra historia. A veces, sentimos que para la ficción histórica juvenil solo existe la Segunda Guerra Mundial, sobre todo a nivel internacional. Por eso, y porque aporta una perspectiva externa, A World Between Us resulta de interés para todo aquel que quiera saber más. La novela ofrece muchas oportunidades al respecto: desde una cronología final sobre los hechos reales hasta mapas que recogen la evolución de la contienda.

Cada personaje, además, sigue un camino diferente, lo que nos permite conocer el estado de los diferentes territorios republicanos, y aporta una visión de la guerra desde distintos roles: el ataque del soldado, la defensa de la enfermera y la neutralidad del periodista.

Del libro nos quedamos con la ambientación histórica. La trama amorosa nos trae flashbacks del principio de la década, cuando los triángulos amorosos eran legión. Cada personaje nos enamora individualmente por su compromiso y desarrollo psicológico, pero la relación entre ellos se tiñe de un dramatismo desconcertante y todo ocurre con demasiado atropello.

En cualquier caso, desde la comodidad de la democracia es difícil juzgar. Al fin y al cabo, un mundo entero nos separa.