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Entrevista a...

Gemma Pasqual

El Templo #77 (agosto 2020)
Por Irene Vílchez Sánchez
3.260 lecturas

Programadora de formación, Gemma Pasqual decidió un día utilizar el ordenador para algo completamente diferente: crear historias. Desde entonces, ha escrito una treintena de libros para todos los públicos, aunque destaca por su obra juvenil. Además de escritora, es también asesora literaria.

Después de más de veinte años de predominio realista en tu obra, tus últimas novelas (Like. Azul y Vampira. Ser o no ser, aquest és el dilema) exploran la distopía y la fantasía respectivamente. ¿Qué te llevó a probar estos géneros?

Me encantan los retos, y estos dos casos lo han sido para mí. Las distopías y el género fantástico siempre han ocupado una gran parte de mi biblioteca personal, de joven devoré 1984, Un mundo feliz, Fahrenheit 451 y un sinfín de títulos que me transportaban a mundos diferentes. Hoy todavía lo hago, en literatura juvenil se hace mucho y muy bueno.

Like ha sido un reto muy importante. El reto era grande, me interesaba mucho que fuera una novela actual, que el lector se sintiera identificado; pero al mismo tiempo he querido hacer un homenaje a las novelas de mi juventud. He disfrutado mucho con este libro, espero que el lector también lo haga.

Tanto en tu conocida trilogía Xenia como en tu última novela, Like. Azul, las redes sociales desempeñan un papel crucial. ¿Crees que son necesarias en la literatura juvenil actual?

Intento que los jóvenes se sientan identificados con los personajes de mis novelas. Soy una gran defensora de las nuevas tecnologías, creo que las redes sociales, como todo, tienen cosas buenas y cosas malas, pero no podemos negar que forman parte de nuestras vidas, no solo de las de los jóvenes.

Los lectores castellanohablantes solo hemos podido leer estas cuatro novelas tuyas, que has traducido tú misma del catalán. ¿Cómo afrontas la traducción de un libro propio?

Más que una traducción lo que hago es una adaptación, también es una oportunidad para revisar y mejorar las novelas.

No obstante, has publicado ya una treintena de libros en catalán y te has hecho con ocho galardones, como el Premio Samaruc de literatura infantil y juvenil en cuatro ocasiones o el Premio Barcanova de literatura infantil y juvenil. ¿Cuál de tus novelas te gustaría que fuera accesible al resto de España e Hispanoamérica?

¡Todas! Y no solo al castellano, sino a más idiomas, me encantaría que los lectores de todo el mundo tuvieran acceso a mi obra, supongo que es el sueño de toda autora. Pero si tengo que elegir una, creo que Llàgrimes sobre Bagdad (Premio Barcanova 2007), en Italia la han traducido como La ballerina di Baghdad, sinceramente creo que es una de mis mejores novelas.

Tu pasión por Vicent Andrés Estellés, un gran poeta valenciano del siglo XX, se ve reflejada en novelas como La rosa de paper y Quan deixàvem de ser infants. Vicent Andrés Estellés des del fons de la memòria. ¿De dónde surgió este amor por la poesía en general y por el poeta en particular?

Llegué a la poesía tarde, con más de veinte años, fue un flechazo, y ahora no puedo vivir sin ella, solo como lectora. 

Los primeros versos de Vicent Andrés Estellés los escuché, de adolescente, en la voz de Ovidi Montllor; con el paso del tiempo profundicé en su obra, me atraparon sus poemas. Estos dos libros son fruto de mi admiración por el poeta.

Precisamente Quan deixàvem de ser infants. Vicent Andrés Estellés des del fons de la memòria fue adaptada al teatro. ¿Cómo fue la experiencia de ver una de tus obras representada en un escenario? ¿Te gustaría que otra de tus novelas se representara en teatros o se adaptara para la gran pantalla?

Me emocionó, y mucho, ver a mis personajes de carne y hueso. Me gustó la experiencia. Me encantaría ver más obras mías adaptadas a series, teatro o cine. 

De hecho, incluso tú misma has escrito una obra de teatro para niños y jóvenes, El caçador de paraules. ¿Qué diferencias encuentras entre escribir narrativa y teatro?

En este caso hablamos de otro reto, El caçador de paraules es un homenaje a Enric Valor. Sí, hay mucha diferencia, en el teatro se da mucha más importancia al diálogo, fue una experiencia bonita.

También cabe destacar que te has dirigido a públicos muy diversos: niños, jóvenes y adultos. ¿Qué te aporta escribir para cada uno de ellos? ¿En qué crees que se diferencian los procesos?

Todos los públicos me aportan muchísimo, el feedback es increíble y lo agradezco. El proceso es diferente, a mi entender el público infantil es el más difícil, tienes que cuidar mucho el lenguaje, llegar a ellos con frases cortas y una trama sencilla. Presentar libros para niños es una delicia, sus abrazos, sus sonrisas, su espontaneidad me emocionan.

El libro juvenil es donde me siento más cómoda, no es fácil y tengo muy claro que escribo para ellos. Puedo tratar cualquier tema, en este caso el ritmo es muy importante. Me encantan los adolescentes.

Este año he publicado un libro para adultos: Vivir peligrosamente, en otoño saldrá en castellano, una recopilación de cuentos protagonizados por catorce mujeres libres y de mirada afilada, de todas las épocas y condicio

nes, como Virginia Woolf, Maria Aurèlia Capmany, Carmen Burgos, Mary Shelley, Mercè Rodoreda, Jane Austen o Pardo Bazán entre otras. Lo he pasado muy bien, escribir para adultos es distinto, puedo experimentar con la estructura y el estilo: no tengo barreras, escribo más libremente.

A menudo recurres a eventos históricos contemporáneos destacados como punto de partida de tus libros, como en Et recorde, Amanda, en el que explicas la dictadura de Pinochet; Gènova, "città chius@", en el que narras los movimientos antiglobalización de la ciudad italiana; o L’últim vaixell, en el que evocas sucesos de la guerra civil española. De la misma manera, en tus novelas tratas temas tan importantes como el fascismo, la homofobia o la explotación infantil. ¿Crees que la literatura juvenil debe tener una función didáctica?

La literatura juvenil, como la literatura en general, su función básica es entretener, si emociona mucho mejor y, si además te hace reflexionar sobre temas tan importantes como la homofobia, el fascismo o la explotación infantil, fantástico. En mis novelas trato temas que a mí me interesan y, como he podido comprobar, también interesan a los jóvenes.

¿Qué proyectos tienes ahora mismo entre manos?

Estoy muy ilusionada escribiendo la segunda parte de Like, la primera era Azul y en esta ocasión será Blanco.