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Entrevista a...

Mª Isabel Molina

El Templo #5 (agosto 2008)
Por Sandman
11.585 lecturas
Es una de nuestras autoras más veteranas; lleva muchos años entreteniendo a niños y jóvenes con sus novelas de aventuras, que nos transportan a tiempos pasados, unos tiempos que, a través de las páginas de sus libros, no parecen tan remotos. Obras como De Victoria para Alejandro o El señor del cero han acercado nuestro pasado histórico a cientos de jóvenes de una forma amena y emocionante. Hoy, Ma Isabel ha tenido la bondad de atendernos para hablarnos de su experiencia como escritora.

Sus primeras novelas, publicadas por la editorial Doncel y después por Noguer, actualmente (si no me equivoco) están descatalogadas. ¿Qué ocurrió con esas dos editoriales? ¿Existe alguna posibilidad de que los libros sean reeditados por otra editorial y podamos leerlos hoy en día?

Noguer sigue en el mercado y mis libros con ellos, aunque con graves problemas de distribución. Doncel era una editorial de tipo diríamos “semioficial” y despareció junto con Editora Nacional y el resto de los patronatos en el año 1982. Una lástima, porque Doncel tenía en su fondo editorial las obras de los mejores autores de aquellos años, sus contratos eran los que deban mejores condiciones de edición y distribución a los autores y además, proporcionaba un buen respaldo respecto a la censura vigente en los años 60 y 70 (también pasaban censura los autores de libros para niños).

Por lo que se ve, es usted muy fiel a las dos o tres editoriales en las que publica habitualmente (Alfaguara y Anaya, sobre todo). ¿No le han tentado de otras editoriales?

Si una editorial presenta y distribuye bien tus libros, si el contrato de edición es razonable, si hay una relación amable y de amistad.... ¿para qué cambiar?

Usted lleva más de treinta años en el campo de la literatura juvenil, y desde que empezó a publicar hasta ahora han cambiado mucho las cosas, sobre todo desde la aparición del aprendiz de mago llamado Harry Potter. ¿Cómo ve usted el panorama hoy en día en comparación con sus inicios? ¿Cree que el actual boom del género fantástico es una moda pasajera? ¿Ha leído algún libro de Harry Potter? En caso afirmativo, ¿le gustan?

¡Uf, son muchas preguntas a la vez! Vamos por orden: Cuando yo comencé a publicar, sólo cuatro editoriales publicaban literatura para niños. Los originales aceptados aguardaban durante años en las estanterias el turno de edición. ¡Para qué hablar de los autores que empezaban a escribir! Ahora, casi todas las editoriales tienen su sección infantil/juvenil y la edición de literatura juvenil resulta rentable (no olvidemos que las editoriales no son ONG). ¿Os acordáis del boom de la literatura de terror? ¿Y de la realista? El género fantástico siempre tendrá sus aficionados, que tal vez no serán tantos como ahora, pero que serán fieles. No olvidemos que El señor de los anillos o las Crónicas de Narnia se escribieron hace más de cincuenta años. Hay ciclos. He leído todos los libros de Harry Potter. Pertenecen, magia aparte, a un subgénero que siempre resulta muy divertido y «engancha»: las novelas de internados. Hemos hecho la secundaria con Harry Potter y en ocasiones me han resultado un poco... prolijos. No sólo hacemos los exámenes y los trabajos con Harry y sus amigos, sino que a veces nos cuentan hasta los controles semanales. Pero en general, ya os digo, me han gustado.

 

Sus novelas son lectura recomendada en muchos colegios e institutos de España, ¿qué le parece eso? ¿Tiene encuentros con sus lectores? ¿Cómo es su relación con los jóvenes en esos encuentros?

Siempre me sorprende porque yo sólo pretendo contar una aventura que resulte divertida. Sí tengo encuentros con los lectores. Muchos al cabo del año por toda la geografía y me gusta saber qué piensan y cómo viven los adolescentes a los que van dirigidos mis libros. En los encuentros tenemos una relación muy cordial en la que respondo con toda sinceridad a sus preguntas, y escucho y valoro sus críticas y sus opiniones.

Sus novelas tienen la peculiaridad de que son muy breves, ciento cincuenta páginas de extensión, como mucho. ¿Esto se debe a su concisión o es una exigencia editorial?

En gran parte a mi concisión. Mi novela más premiada es la que, después de escribir 200 folios por exigencia de la editorial, luego, al cambiar de editor la tuve que reducir a lo que, hasta que llegó la fantasía, era la extension tipo: 100/130 folios. Y lo hice puliendo el texto, sin quitar capítulos ni podar el argumento. Por otra parte, con la moda de los libros «gordos» se edita con generosos márgenes, grueso papel y cuerpo 14 o 16 para la fuente tipográfica. Soy consciente de que debo esforzarme por explicar algo más las cosas, pero...

¿Lee usted a otros escritores de literatura juvenil? ¿A cuáles? ¿Cómo es su relación con otros colegas?

A muchos. Yo trabajo en una librería y, aunque no está especializada en literatura juvenil, sí tengo posibilidad de estar al tanto de las novedades. Y yo leo muy deprisa. Con los otros escritores, creo que tengo una buena relación que en muchos casos es de franca amistad. ¡Son muchos años en la misma tarea!

¿Hay algún libro que haya leído (sea de juvenil o de adultos) que le haya marcado especialmente y que quiera recomendar a nuestros lectores? ¿Qué tipo de novela le gusta como lectora? ¿Histórica o realista?

Yo soy una adicta a la lectura y no es una forma de hablar. He leído mucho, y muchas veces he sentido ese estremecimiento que hace que un libro se convierta en algo muy personal y valioso. Y ¿sabéis?, una de las cosasquemeasustanunpoco del hecho de escribir es la responsabilidad de que uno de mis libros llegue a ser un libro «especial» para alguien. Una vez, en un congreso, una maestra me dijo que su vocación había estado muy determinada por uno de mis libros que leyó de adolescente. Es como lanzar una piedra al agua; desconoces a donde llegarán las ondas.

Usted es de las pocas escritoras que se han dedicado a la novela histórica juvenil en España. ¿Cree que es un camino que recorre sola o hay en la actualidad otros autores o autoras que le acompañen por ese sendero?

También se ha puesto de moda la novela histórica. Creo que la historia no es la crónica de unas guerras o la larga lista de reyes y fechas importantes. La historia es la vida de los que nos precedieron y es importante conocer y reconocer a nuestros abuelos, que, en gran medida, configuraron lo que ahora somos. Y eso puede ser, además, muy divertido.

Dentro del género histórico tiene dos épocas preferidas: la Roma clásica (De Victoria para Alejandro y Más rápido, más alto y más fuerte) y el medievo (El señor del cero, El herrero de la luna llena, Así van leyes donde quieren reyes, etc). ¿Le atraen esas épocas más que el resto o tiene alguna idea para una novela en algún otro período histórico?

Yo pongo un especial cuidado en documentar hasta el más pequeño detalle; se puede crear una aventura libremente, aunque los protagonistas estén sujetos a una cultura determinada. Esto me obliga a una documentación muy laboriosa; si ya domino usos sociales, alimentos, vestidos, etc. de una época, es más fácil escribir otras novelas en el mismo período histórico.

 

¿Cuánto tiempo precisa para escribir una novela (incluyendo la tarea de la documentación)?

No tengo demasiado tiempo y no puedo dedicarme a escribir en exclusiva; aproximadamente ocho o nueve meses.

¿Cuál es la novela que más le ha costado escribir, y por qué?

El señor del cero. Llegué a creer que me había olvidado del oficio de contar historias.

Ha abordado a varios personajes históricos reales como el Cid o Cristóbal Colón en dos de sus novelas, ¿es más difícilconstruir un personaje real o inventarse uno desde cero?

El personaje real necesita un esfuerzo extra de documentación. Por eso, mi protagonista es siempre un personaje secundario que puedo construir a mi gusto.

¿Cuál es su método de trabajo? ¿Qué prefiere: ordenador, máquina de escribir o bolígrafo? ¿Necesita algún ritual especial antes de ponerse a trabajar? ¿Requiere algunas condiciones, como el silencio, para escribir? ¿Cómo es un día de trabajo suyo?

Escribo con ordenador. Durante mucho tiempo lo hice con pluma, pero el ordenador proporciona la misma libertad o más para las correcciones. Para escribir, lo único que pido es tiempo. Me da igual de día o de noche, en silencio o con ruido. ¡Cuántas veces he aprovechado un viaje, el tren o el avión para hacer el esquema de un capítulo!

¿Le ha pedido algún editor que escriba otro género, como realismo social o fantástico? ¿Alguna vez le han encargado un libro? (por ejemplo, con motivo del aniversario de algún hecho histórico).

Alguna vez, pero sólo situando el hecho histórico. La aventura es mía y soy libre para escribirla.

¿En casi todas sus novelas hay una historia de amor? ¿Cree que falta este elemento en las novelas para jóvenes de otros autores?

A veces olvidamos algo tan repetido como que el amor mueve el mundo. Es importante que haya una historia de amor. (Aunque luego soy muy sosa en las descripciones y en los diálogos. Recuerdo a una editora: «¡Incluye un diálogo entre los enamorados aunque te cueste!»)

El tema de la convivencia entre diferentes religiones, sobre todo la hebrea y la cristiana, aparecen en sus novelas más famosas (De Victoria para Alejandro y El señor del cero), ¿por qué le interesa tanto ese tema?

Las creencias religiosas han determinado las culturas y la conducta humana a lo largo de la historia. Es un hecho, sin el cual no se explican muchos acontecientos. Creo que pueden dar motivo a aventuras muy interesantes para los adolescentes actuales que en muchos casos según sus preguntas desconocen el problema.

 

Ha retomado a los personajes principales de De Victoria para Alejandro en Más rápido, más alto, más fuerte. ¿Volveremos a verlos en alguna otra aventura? ¿Piensa hacer una secuela de algún otro libro?

No lo sé. Es una petición constante en encuentros con los lectores.

Ahora que están tan de moda las sagas y las trilogías, ¿ha pensado en escribir alguna?

No sé si podría.

En sus novelas, muchos personajes escriben cartas, recuperando el género epistolar, ya desaparecido en estos tiempos de móvil y correo electrónico. ¿Qué opina de las nuevas tecnologías y del lenguaje abreviado, creado por los jóvenes en los mensajes detexto?

El género espistolar permite dar un punto de vista distinto al relato. Hace mucho tiempo, la comunicación se hacía por medio de pequeños escritos que los criados llevaban de casa en casa. Sorprende ver la abundante correspondencia de los personajes históricos. Después se inventó el telégrafo y el teléfono. Ahora los e-mails y el móvil. ¡Estupendo! Siempre se utilizaron abreviaturas ¿por qué no ahora? Con tal de que no signifique olvidar el uso de la expresión correcta en otros casos...

Y para terminar: muchos de nuestros lectores son jóvenes escritores en ciernes, ¿qué consejo daría a los que empiezan en este difícil mundo de las letras?

El mejor consejo para un escritor es: escribir. El ejercicio hace la facilidad y cuando llega la inspiración es bueno que te encuentre trabajando. Y puesto que nuestra herramienta es algo tan importante como la palabra, que busquen palabras, que coleccionen palabras, que manejen palabras con el interés y el respeto hacia lo que nos hace personas: la palabra.