Cuando escribo, miro muchas ventanas, cada cuadro es un recuerdo que me lleva a un espacio diferente que me recarga las pilas: un faro en Santoña, la laguna veneciana, escenas de ópera...
Mis libros, viejas fotos de familia, regalos de colegios que visito, papeles desordenados de apuntes que nunca voy a mirar pero que o me atrevo a tirar...
Otra ventana que mira al canal y a la cúpula de una iglesia... Un espacio que aparece en mi próxima novela...