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Bernat Cormand

El Templo #89 (agosto 2022)
Por Irene Vílchez Sánchez
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Bernat Cormand nació el 29 de noviembre de 1973 en Barcelona, y dedicó su vida a la ilustración, la escritura, la edición, la crítica literaria y la docencia. Se crio en el barrio del Camp de l’Arpa del Clot en el seno de una familia de larga tradición artística: su madre era Fina Rifà, ilustradora catalana también conocida por centrarse artísticamente en el público infantil; además de otros familiares artistas como Josep Llimona, Joan Llimona, Mercè Llimona o Núria Llimona, todos pintores, escultores o ilustradores. De hecho, uno de los hermanos de Bernat, Martí Cormand, también es un artista reconocido. Bernat contaba, sobre este hecho, que «no sé si lo llevamos en las venas, pero lo hemos visto»1. Eran cuatro hermanos, y «en casa siempre dibujábamos, siempre había algún papel y colores»2.

Los años de formación

Cursó primaria y secundaria en el mismo barrio: en el colegio Dovella y el instituto Sant Josep de Calassanç (actual instituto Moisès Broggi). A la hora de cursar estudios superiores, se decantó por Filología Catalana en la Universidad de Barcelona, ya que, según él mismo, «leía mucho de jovencito»3. El último año, durante los sábados, cursó el Certificado de Aptitud Pedagógica (CAP), ya extinto. Según cuenta Marina Espasa, una de sus compañeras, eran «sábados de resaca», y estaban «medio dormidos, porque la noche anterior habíamos estado bailando hasta altas horas de la madrugada»4. Años más tarde cursaría un máster en Literatura Comparada en la Universidad Autónoma de Barcelona, en el cual se graduaría con un TFM sobre la concepción lírica del sentimiento homosexual en la poesía amorosa de C. P. Kavafis, Luis Cernuda y Jaime Gil de Biedma.

En cuanto a la formación artística, él mismo explicaba que no tenía, sino que era un poco autodidacta. Sí que había hecho talleres y cursos (de ilustración, pintura y escultura), pero no había estudiado Bellas Artes ni tampoco había ido a la escuela Massana, un centro de arte y diseño de la Ciudad Condal con mucho renombre. Sin embargo, remarcaba que «el hecho de tener una madre ilustradora, y de formación maestra» suponía tener una especie de clases particulares en casa. Él recordaba «montar bodegones y dibujar bodegones al natural como una clase». Explicaba que, pese no haber seguido «una enseñanza reglada, sí que lo he vivido en casa, y fuera también he dibujado mucho»3.

Los inicios en el sector editorial

Aunque hizo el CAP, tenía claro que no quería ser profesor (aunque, años después, sí que lo fuera): su padre era profesor y pedagogo y su madre, maestra. Enseguida le interesó el sector editorial: empezó como lexicógrafo en Edicions 62, colaborando en la elaboración del Gran diccionari 62 de la llengua catalana (una obra de cabecera para los profesionales de esta lengua). Fue así como entró como redactor en aquella prestigiosa editorial, donde trabajó desde 1999 hasta 2004 como editor de mesa, coordinando colecciones de ficción y no ficción. A continuación, hasta 2006, trabajó como editor de las guías Trotamundos. Quienes le conocían decían que «era un trabajo que le iba muy bien, porque era una persona muy minuciosa, muy ordenada, muy trabajadora»4.

El paso a la ilustración profesional

Bernat mismo contaba que, durante los agotadores años en los que trabajó en el sector editorial, había dejado de dibujar. Pero, en un momento de crisis profesional, habiendo dejado su trabajo en la editorial, volvió a coger el lápiz y ya no paró de dibujar. Y decimos lápiz de manera literal, pues siempre dibujó con aquel utensilio: cuando empezó a dibujar, no pensó con qué lo iba a hacer, sino que cogió el lápiz y no lo soltó nunca. Explicaba que era por carácter, porque era muy perfeccionista y le gustaba trabajar con tranquilidad. Creía que el lápiz le permitía «no tener esa inmediatez y rapidez, sino poco a poco y a fuego lento»1. De hecho, solo dibujaba a mano, y se negó toda la vida a aprender a dibujar en digital.

Aquello ocurrió en la trastienda de la tienda de ropa para hombre que, por aquel entonces, en 2006, había montado con su pareja en Barcelona, llamada Boo. Una trastienda que sirvió de refugio para Bernat y que vería nacer su primer álbum ilustrado, El dibujante de osos, que salió a la luz en catalán en 2008.

Aunque le daba un poco de respeto ser ilustrador por el hecho de que su madre era una muy reconocida, poco a poco se fue animando. A ese primer álbum le siguieron otros, como Los días felices, y también ilustró libros tanto infantiles como adultos.

Sus álbumes se caracterizaban por tener el mundo de la infancia como eje central. Cormand creía que incorporar a adultos despistaba la mirada. Le gustaba «recrear el universo infantil, y que ellos estuvieran en medio, que fueran el foco de este universo»3. Además, los escenarios que recreaba tenían un punto onírico, con una paleta de colores muy suave y sin localización temporal ni espacial, para hacer que los temas que trataba fueran más universales.

Como todo ilustrador, también tenía sus manías: la suya era el pelo. Estaba obsesionado con que no lo dibujaba bien, así que se pasaba horas y horas practicando. De hecho, tan solo dibujaba un tipo de pelo, liso y muy bien peinado, por ese mismo motivo.

Marina Llompart, editora de L’Altra Tribu (editorial con la que Cormand publicó originalmente en catalán En las nubes bajo el título de El cap als núvols) considera que el autor «huye de lo concreto y va a lo universal»4. Arianna Squilloni, editora de A buen paso (editorial con la que Cormand había publicado Los días felices) añadía que sus álbumes conectan con todo el mundo, porque «está hablando de una historia muy concreta, pero cada uno se reconoce como ser humano que ha tenido esperanzas, ha tenido deseos, ha tenido miedo»4, y que «ahí reside el verdadero arte»4. Algo que se haría extenso a su única obra narrativa: En las nubes.

¿Ilustración o escritura?

En las nubes se publicó originalmente en mayo de 2021, y fue la única obra narrativa del autor. Para él, el paso de la ilustración a la escritura fue muy natural y no se sintió para nada extraño, porque, al ser filólogo, «soy más de letra que de imagen; por lo tanto, siempre he escrito»2. Contaba que, de hecho, le costaba más dibujar que escribir: «A mí la ilustración me da mucha vida y es un aprendizaje constante, pero soy muy lento dibujando: me miro y remiro las ilustraciones, las repito… […]. En cambio, con la escritura, podría decir que he ido un poco más rápido, no me ha costado tanto, no he sufrido tanto»2. Además, explicaba que las ilustraciones abrazan un abanico más amplio y que «la ilustración es más sugerente que la escritura, porque, al final, dices más cosas escribiendo que dibujando»1.

Si algo tiene en común su obra escrita y visual, es lo perfeccionista que era con el resultado de ambas. Cormand confesaba que «ser perfeccionista es mi cruz. Lo soy con el dibujo, lo soy con la escritura y lo soy con todo»5. Para él, esto tenía una parte positiva y otra negativa: por un lado, revisaba extensamente su trabajo y no lo presentaba hasta que realmente consideraba que estaba acabado y estaba contento con el resultado; por el otro, sufría mucho. Contaba que a él le costaba «estar contento de los resultados»5.

Pero el perfeccionismo no es lo único que une la obra visual y escrita de Cormand.

La importancia de las narrativas LGTB+

En su obra, destaca la presencia de narrativas LGTB+: El niño perfecto (coescrito con Àlex González) cuenta la historia de un niño perfecto a la vista de todo el mundo, pero que se traviste cuando cae la noche; y tanto el álbum Los días felices como la novela En las nubes narran la historia de un primer amor entre dos niños. Cormand incluso se tuvo que enfrentar a la censura, pues hubo peticiones de familias para que retiraran El niño perfecto de las bibliotecas públicas por el tema que trataba.

Para Cormand, era muy importante «dar visibilidad a otras realidades que no son las realidades que estamos acostumbrados a ver o a leer»6: «por un tema también de visibilidad, para normalizar estas realidades, para incorporarlas a su propia vivencia»6. Así, consideraba que la literatura LGTB+ era para todo el mundo, «pues forma parte de nuestra realidad»5, y, en el caso de la literatura infantil, si se incluía en las bibliotecas escolares podía ser «un elemento más para la educación basada en la tolerancia y la diversidad»6.

Aunque esté destinada a todo el mundo, Cormand destacaba la importancia de los referentes para los niños, ya que, en su propia experiencia, ante la falta de ellos, pueden llegar a sentir que están solos en el mundo. Consideraba que «una novela no cambiará el mundo, pero sí que puede ayudar a allanar el camino para una sociedad más diversa»5.

En cuanto a las etiquetas que a menudo tienen los libros que abordan este tipo de temática, él las creía positivas y necesarias, porque «vivimos en una sociedad heteronormativa y […], por lo tanto, la literatura LGTB debe luchar mucho para abrirse camino». Consideraba que «en un mundo ideal seguramente no harían falta, pero aún no vivimos en este mundo»5.

Por lo que a sus obras se refiere, a él le gustaba dar una visión positiva de la realidad LGTB+, pues creía que era «una forma de incorporarla en la sociedad sin dramatismos»1. Él no tenía la voluntad de llenar un vacío ni sentía la responsabilidad de hacerlo, sino que, en sus propias palabras, creaba historias desde la emoción y, «al final, los autores hablamos de lo que queremos hablar, de lo que conocemos, de lo que nos gusta y de lo que nos emociona»2. Como hombre homosexual, era lo que quería explicar, «porque, de alguna manera más directa o indirectamente, es mi historia»2. Como ilustrador y como escritor, él hablaba «de historias, que para mí es una forma de expresar una vivencia, algo que yo veo como algo muy cercano»6. No obstante, aunque no fuera su primera intención, sí que creía que la literatura LGTB+ es necesaria para llenar vacíos y que «es importante la responsabilidad como autor de mostrar la diversidad»6.

Escritor, ilustrador… ¿algo más?

A la ilustración, la escritura y la edición no fue a lo único a lo que Cormand se dedicó profesionalmente. También tradujo algunos libros (todos ellos de literatura infantil y juvenil): por ejemplo, fue el encargado de traducir El bestiario de Axlin, de Laura Gallego, al catalán.

También se dedicó a la crítica literaria: era el encargado de «Estimat Andersen», una sección de crítica de literatura infantil y juvenil del diario catalán Ara, y fue miembro del jurado, durante varias ediciones, del Premio Lazarillo de álbum infantil y del Premi El Vaixell de Vapor (el homólogo catalán del Premio El Barco de Vapor). Pero, sin duda, lo más destacable fue la dirección de Faristol, una revista especializada en literatura infantil y juvenil editada por el Consell Català del Llibre Infantil i Juvenil (IBBYcat).

Cormand se incorporó como crítico a finales de 2008, pero no fue hasta 2017 cuando fue elegido director. Faristol ya llevaba años en marcha (¡desde 1984!) y tenía mucho bagaje y muy buena reputación. Pero, como todo, necesitaba algunos cambios. Bajo su batuta, le dieron un lavado de cara a la revista: de blanco y negro, pasó a ser en color; se volvió un poco más transgresora (tratando temas como el cómic o el teatro infantil y juvenil)…

Además, también fue docente en diversos ámbitos. Por una parte, fue técnico de normalización lingüística para el Consorci per a la Normalització Lingüística desde 2008 hasta 2020, donde impartió cursos de catalán y participó en grupos de trabajo para elaborar materiales didácticos. Por otra parte, fue profesor en dos universidades. Entre 2002 y 2004 impartió clases en la Universidad Autónoma de Barcelona y, en enero de 2019, se incorporó como profesor asociado en la Facultad de Traducción y Ciencias del Lenguaje de la Universidad Pompeu Fabra, donde impartía las asignaturas de Lengua Catalana, Traducción Avanzada Español-Catalán y Redacción Especializada. Aunque alguna vez contaba, medio en broma, que sus alumnos eran «como criaturas, […] porque se ahogan en un vaso de agua»1; la verdad es que era un profesor muy querido. Le recuerdan como un profesor amable y bondadoso, a la par que estricto y exigente.

Siempre en las nubes

En las nubes vio la luz en catalán, el idioma original, en mayo de 2021, semanas antes de la muerte del autor, quien ya llevaba gestando la idea varios años. De hecho, la primera idea de la novela se convirtió en otra cosa: el autor explicaba que, «cuando tenía en la cabeza escribir la historia de En las nubes, al final acabó siendo Los días felices, que también es una historia de amor, pero entre dos niños más pequeños […]. En realidad, mi idea era escribir En las nubes, pero se convirtió en un álbum»5. Según el autor, «tú tienes una primera idea de una historia, pero, después, cuando empiezas a escribir esta historia se transforma y no sabes qué acabará siendo»5.

En las nubes trata, como hemos dicho, sobre una historia de amor entre dos chicos preadolescentes: Elías, un niño dulce, afable y abierto a quien ahora le gusta ir al colegio después de una etapa de acoso escolar; y Tomás, un niño tímido y fortachón, que acaba de llegar a la escuela, arrastrando una situación familiar complicada tras la reciente muerte de su padre. Todos los personajes de Cormand tenían algo de alter ego de él, y, en sus palabras, «Elías soy yo, […] pero con mejores circunstancias»1.

Así pues, no fue hasta 2019 cuando empezó la redacción del texto que podemos leer en En las nubes. De hecho, escribió la mayor parte de la obra en dos meses: el Ayuntamiento de Barcelona le había otorgado una Beca Montserrat Roig para la escritura de la novela. Esta beca, que se entrega de manera anual, está destinada a obras literarias que tuvieran algún tipo de relación con la Ciudad Condal, como era el caso. Además de una dotación económica de 3.000 €, la beca da derecho a trabajar durante dos meses en un espacio privado de un equipamiento cultural de la ciudad: a Cormand le tocó la Fundación Joan Miró, y escribió en la biblioteca de esta entidad. Siguió trabajando en la novela después de forma interrumpida; en total, le llevó un año.

En cuanto a la escritura per se de la novela, podríamos decir que Cormand era un típico escritor de brújula. En sus palabras, «cuando empecé a escribir, iba capítulo por capítulo. Sí que tenía la estructura en la cabeza y sabía qué pasaría, pero avanzaba capítulo a capítulo. Y, realmente, antes de escribir el capítulo siguiente, yo no sabía qué escribiría, sino que me sentaba, pensaba, y me salía otro capítulo. Es decir, que los capítulos no los tenía pensados, sino que sobre la marcha iba haciendo»5.

Marina Llompart, editora de L’Altra Tribu, cuenta que, cuando Cormand les enseñó las ilustraciones por primera vez, ya estaban listas para ser publicadas, de tan meticuloso como había sido. Con el texto escrito pasó algo similar: de hecho, cuando Cormand les entregó el manuscrito, ya lo había revisado varias veces y lo había dado por definitivo. Además, el autor explicaba que, como él también enseñaba a escribir, la revisión que había hecho «no fue solo una revisión de autor, sino una revisión de revisor»5.

Tan lejos, pero tan cerca

Bernat Cormand murió el 20 de junio de 2021 a los 47 años. Se pasó escribiendo y dibujando hasta sus últimos días. De hecho, su familia encontró dos bocetos a lápiz de dos niños colgados en la pared de su estudio: el uno, con una sonrisa serena, los ojos claros, el pelo largo y un collar de piedrecitas; el otro, algo inquieto, no sonríe y tiene el pelo corto y peinado.

Todo un descubrimiento aún estaba por llegar, cuenta su hermano Genís7. Bernat tenía, al lado de su mesa de trabajo, un armario de madera con diez cajones que usaba de clasificador de todos sus originales, un clasificador que ya había pertenecido a su madre. Tenía ordenados, de manera impoluta, todos sus originales, cajón por cajón: en el primero estaban las ilustraciones de En las nubes; en el segundo, las de Los días felices; en el tercero, El niño perfecto; en el cuarto, El dibujante de osos; en el quinto, las ilustraciones de Viatges i flors, una novela de Mercè Rodoreda; en el sexto, todas las libretas que Bernat usaba para dibujar apuntes al natural. Pero la verdadera sorpresa llegó en el séptimo cajón: volvían a estar los dos niños de la pared, además de algunos originales (unos acabados, otros no) que no habían visto nunca.

Al cabo de unos días, recibieron un mensaje de Arianna Squilloni, editora de A buen paso, en el que les explicaba que Bernat, antes de morir, había empezado un nuevo álbum que se llamaba Lejos, del que había acabado el texto y el story, y se ponía a disposición de la familia en caso de que encontraran el material y no supieran qué era. Empezaron a atar cabos, y lograron encontrar el resto de material en el ordenador de Bernat.

Aunque en un primer momento la familia quería publicar el libro tal como lo dejó Bernat, la editora les hizo notar que faltaban dibujos, y poco a poco lo fueron aceptando. Sin embargo, a uno de sus hermanos, Martí, pintor afincado en Nueva York, se le ocurrió una idea: pintaría él todas las ilustraciones que Bernat había hecho a lápiz siguiendo todas las indicaciones que había dejado.

De ahí nació Lejos, un álbum que narra la historia de Eloy, un niño que, como no se siente a gusto en el ruido de la ciudad, emprende un viaje junto a su perro Simón hacia el bosque. Una obra que, sin duda, nos permite estar más cerca de él y seguir con la cabeza en las nubes.

Referencias

1Betevé (2021, mayo 20). Entrevista a Bernat Cormand: “Tothom ha d’incorporar la realitat LGTBI” [Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=Fn9_RFYW6_Q

2Rosel i Solà, L. (2021, junio 3). Bernat Cormand: “És important omplir buits, també en la literatura infantil i juvenil” [Audio podcast]. Recuperado 20 agosto 2022, de https://www.ccma.cat/catradio/alacarta/el-mati-de-catalunya-radio/bernat-cormand-es-important-omplir-buits-tambe-en-la-literatura-infantil-i-juvenil/audio/1103428/

3Betevé (2018, octubre 29). Entrevista a Bernat Cormand, il·lustrador i escriptor - Terrícoles | betevé [Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=Th-x80nydLw

4Associació d’Escriptors en Llengua Catalana (2021, octubre 28). QLit 2021 - Dies feliços amb Bernat Cormand [Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=JuSr5dYxRos

5Fargas, G.; Llompart, M. (2021, junio 13). “El cap als núvols” i la realitat LGTBIQ+ a la LIJ. Amb Bernat Cormand. [Audio podcast]. Recuperado 20 agosto 2022, de https://open.spotify.com/episode/1FwGvWEkdDORIDAnsSUItK?si=dcb3475695dc4c4a

6¡Album! – Editoriales Independientes LIJ (2020, noviembre 6). Diálogo entre Bernat Cormand y Lawrence Schimel [Vídeo]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=LuHklv_GbDw

7Cormand, G. (2022). Lluny. La història del llibre. A buen paso.