Este es uno de mis rincones favoritos de casa. Aun así, no suelo tener un lugar fijo donde escribir. Pero sí hay cosas que no pueden faltar mientras lo hago: mi portátil (es pequeño y ligero para llevarlo a cualquier sitio), una libreta donde tomo notas, y un té (el Lady Grey es mi favorito).
Acostumbro a escribir a primera hora de la mañana o por las noches, cuando todos duermen. Y en esos momentos, a veces, el sofá se convierte en mi oficina.
Mi hija Martina es de las pocas personas en el mundo que me inspira y me transmite paz mientras escribo. A ella también le encanta narrar cuentos o hacer los deberes mientras yo escribo a su lado.