No tengo despacho. Prefiero escribir en el cuarto de estar, donde me puedo tumbar en el sofá y sentir calor bajo mi querida "manta de Linus".
Éste es mi compañero de trabajo inseparable: mi Mac. Comencé a usar Macs para escribir hará unos cinco años; éste es el recién llegado, el MacBook Air que mi marido me regaló en las últimas navidades. No puedo escribir sin mi portatil; estoy acostumbrada a su teclado, y la uso en cualquier lugar durante mis viajes de trabajo.
Ésta es mi estantería. Hace un mes me mudé a un nuevo apartamento, y todavía no he terminado de poner todos los libros en los estantes. También puedes ver algunos "infiltrados", como dulces de Navidad. Siempre estoy a régimen, de modo que suelo ofrecérselos a los invitados.