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Reportaje central

Recomendaciones macabras

El Templo #96 (octubre-noviembre 2023)
Por Elena Romero
741 lecturas

Las personas tenemos cierta tendencia a racionalizarlo todo. O necesidad, más bien. Sin embargo, en muchas ocasiones nos topamos con un muro: crímenes brutales sin sentido, rumores de fenómenos paranormales, preguntas para las que la ciencia aún no tiene respuesta… La incertidumbre es difícil de tolerar en una época en la que creemos tener todos los conocimientos del mundo, literalmente, en la palma de la mano.

Toda esta racionalidad la dejamos a un lado al leer y disfrutar de historias de terror. En esas ocasiones, no nos importa sentirnos vulnerables y diminutos. Incluso los que reniegan del terror conocen las historias más míticas de los grandes autores: Carrie (Stephen King, 1954), «Los crímenes de la Rue Morgue», (Edgar Allan Poe, 1841), «En las montañas de la locura» (Lovecraft, 1936) o La maldición de Hill House (Shirley Jackson, 1959)

El terror es un género a menudo menospreciado, como es habitual con la literatura de género (fantasía, terror y ciencia ficción). Una parte del público general lo tratan con condescendencia, lo concibe como un entretenimiento para jóvenes y niños.

No todo el terror está destinado a un público juvenil, y ya no hablamos de asustar más o menos, o incluso de advertencias de contenido o Triggers Warnings. El motivo es más simple: no todas las obras están centradas en los intereses de los jóvenes.

En este reportaje, repasaremos las obras juveniles de terror que exploran esos conflictos relacionados con crecer, con el descubrimiento del mundo y la búsqueda de la identidad. Al fin y al cabo, la experiencia de ser joven también es una experiencia terrorífica.

 

Terror psicológico

El terror tiene, a su vez, muchos subgéneros. Dependiendo de tu carácter, tus vivencias y, sobre todo, tus miedos infantiles (esos qué te mantenían despierto por las noches), te sentirás más atraído por uno o por otro.

Uno de los más conocidos es el terror psicológico. Este subgénero explora los temores de los personajes, que suelen estar relacionados con traumas pasados o peligros futuros. Gracias a esa dimensión psicológica, este subgénero suele ser el mejor valorado.

Los crímenes son un buen ejemplo. Más o menos inspirados en sucesos reales, son una buena excusa para analizar la parte más oscura de la naturaleza humana.

Lo innombrable de Jess Lourey (Crossbooks, 2023) es una muestra de ello. Basado en hechos reales, la historia acompaña a Cassie en su vida aparentemente normal en su tranquilo pueblo… hasta que alguien comienza una caza a los jóvenes del pueblo.

En este género también tenemos al escritor Joe Hill, probablemente el nepo baby más famoso de la literatura. En El teléfono negro (Nocturna, 2023), el hijo de Stephen King ha transformado una historia que todo hemos oído alguna vez (un asesino en serie maniático, un secuestro, los fantasmas de los niños que ha matado) en algo completamente nuevo. Probablemente conozcas esta historia por su famosa adaptación al cine (Black Phone, Scott Derrickson, 2022). El escalofriante asesino, uno de los pocos personajes del libro, secuestra, tortura y ejecuta a jóvenes. Aunque tiene elementos sobrenaturales, El teléfono negro nos muestra lo que es el pánico absoluto: encontrarse en el sótano del que probablemente es uno de los personajes más terroríficos de la literatura, a merced de sus cambios de humor, sus extraños rituales y sus manías.

 

Terror paranormal

En Halloween, las fronteras entre la vida y la muerte se difuminan lo suficiente como para que sucedan con más frecuencia los sucesos extraños…

Care Santos ha tocado muchos géneros dentro de la literatura juvenil, pero es cierto que siempre se ha sentido inclinada hacia la fantasía más oscura o hacia el terror, directamente; esta mezcla suele dar como resultado el subgénero de lo paranormal.

En El baile de los muertos (Crossbooks, 2021) seguimos a Samuel, un joven huérfano al que adopta un hombre rico, excéntrico y misterioso. Por encargo de la reina Isabel II, ambos deben emprender una misión que consiste en recorrer los cementerios más antiguos del país para recabar información sobre ciertas tumbas y los muertos que las ocupan.

Si eres muy fan del terror y buscas algo todavía más oscuro, te recomendamos El dueño de las sombras (Alfaguara, 2019) de la misma autora. Comienza con alguien —o algo— que observa a las hermanas Albás desde la oscuridad. Desapariciones, familias malditas, crímenes… Todo ello envuelto en una gran ambientación sobre un bosque y el pueblo que hay junto a él.

Volvemos a Joe Hill para mencionar A tumba abierta (Nocturna, 2021). Es una antología de relatos de terror, la mayoría con elementos paranormales. Además, dos de esos relatos los ha coescrito el mismísimo Stephen King. Estas son las premisas de algunos de sus relatos: unos jóvenes se suben a un macabro carrusel, un bibliotecario lleva nuevas lecturas a los muertos, alguien que explora las profundidades marinas y ve algo que no debería haber visto… El cuento más conocido es probablemente "En la hierba alta", que Netflix adaptó en 2019.

La muerte es quizá la gran incertidumbre de nuestra existencia. Nos inquieta porque no sabemos lo que hay más allá, pero también porque es un lugar donde estaremos solos… ¿O no?

 

Slasher

Este subgénero, que proviene de la palabra slash (cuchillada en inglés), cuenta con muchísimo éxito entre el público, sobre todo en el cine. Tiene una premisa muy característica: un psicópata asesina uno por uno a los miembros de un grupo de personas, normalmente de jóvenes. Estos protagonistas suelen encontrarse en un escenario concreto, como una casa grande en el lago, en la montaña, un campamento…

Un ejemplo es precisamente El campamento (Planeta, 2021), de Blue Jeans. El autor ha dado un giro en los últimos años hacia géneros más oscuro, entre el thriller y el terror. En este bestseller juvenil, diez de los chicos más prometedores del país son invitados a un campamento muy especial en los Pirineos. El promotor de esta idea es Fernando Godoy, uno de los hombres más ricos de España, que busca a alguien joven que le ayude a dar una nueva imagen a su imperio y que en el futuro ocupe su lugar. En aquel idílico paraje, recibirán formación y serán preparados para convertirse en la mano derecha del millonario. Pero solo uno podrá conseguirlo.

El guionista y escritor Carlos García Miranda firma El club de los lectores criminales, un slasher que ahora está de moda por su reciente adaptación de Netlix. La historia sigue a Ángela, una joven que entra en un club de lectura de novelas de Stephen King. Enredados en una trágica muerte en plena Universidad Complutense de Madrid, todos los participantes del club deberán enfrentarse a sus más profundos secretos y a la peor de las amenazas: cualquiera de ellos puede morir en la siguiente página, y cualquiera de ellos puede ser el asesino.

Por último, recomendamos Ike y los comedores de cuerpos (Ediciones Freya, 2021), de Jorge Cienfuegos. La historia sigue a Ike y a su grupo de amigos, la típica pandilla de freaks del instituto en su estancia en un motel perdido en Kentucky cuando van camino de la liga de debate estudiantil. Esta historia tiene una ambientación y un tono que te recordarán a las películas de terror de los noventa y los dos mil, algunas tan actuales como la saga Scream, que a pesar de las décadas sigue más contemporánea que nunca. Además de sucesos extraños, pasadizos detrás de las paredes y villanos con la gorra MAGA de Trump que apestan a incesto, hay espacio para el humor negro, para el drama adolescente y para el romance. Por ejemplo, Ike debe compartir habitación con el quarterback del instituto, que está secretamente colado por él, mientras que su novio, negro de celos, duerme en una habitación del mismo pasillo…

 

Folk horror

Bosques impenetrables, valles cubiertos de niebla, extraños ritos y religiones, cabañas abandonadas… El folk horror es un género menos explorado. Este género está ligado a la naturaleza y a las extrañas tradiciones en torno a ella… Hace unos años se hizo más popular gracias a Midsommar (Ari Aster, 2019), en la que un grupo de jóvenes acuden a un extraño festival pagano en Suecia.

En literatura juvenil, el gran ejemplo es HEX (Nocturna, 2020) de Thomas Olde Neuvelt. El autor escribió esta obra pensando en los bosques de Países Bajos, pero un contrato americano hizo que los cambiara por los de Nueva York… Nos adentramos en Black Spring, un pueblo en la linde de un gigantesco bosque. Por las noches, una bruja con los ojos y la boca cosidos recorre en silencio sus calles. Sus habitantes, que no pueden ir más allá del bosque, creen estar acostumbrados a ella. Sin embargo, un grupo de jóvenes desatará la auténtica maldición, que aún no ha llegado. Esta obra está avalada por Stephen King, ni más ni menos.

Nocturna acaba de publicar otro libro del autor, titulado Eco (Nocturna, 2023). La historia comienza tras el accidente de dos alpinistas que se sienten extrañamente atraídos por un pico remoto y misterioso de los Alpes llamado Maudit. Nick abre los ojos y descubre que se encuentra en una camilla de hospital. Tiene la cara cubierta de vendas, heridas por todo el cuerpo y sufre amnesia. En cuanto a su compañero de escalada… Nada se sabe de él. Nick no puede quitarse de encima la sensación de que alguien —o algo— lo espera ahí arriba, lo sigue esperando ahí arriba, en lo más alto del Maudit…

También te recomendamos Amigo imaginario (Planeta, 2020), un cuento oscuro, macabro y retorcido de Stephen Chbowsky. La historia comienza cuando Christopher se pierde en el bosque. No vuelve a saberse nada de él hasta seis días más tarde. 

Una adolescente se lo encuentra en la linde del bosque, todo el pueblo lo considera como un milagro. El niño no tiene ni un rasguño, pero tampoco recuerda nada de su estancia entre los árboles. ¿Cómo ha podido sobrevivir solo, sin comer ni beber, durante tantos días? Christopher les habla entonces del hombre amable que le ayudó a salir del bosque. Como nuestro compañero Víctor reitera en su reseña, Amigo imaginario da miedo. (Mucho miedo.)

 

Horror cósmico

El horror cósmico, o terror lovecraftiano (por su creador, el autor H. P. Lovecraft) se apoya en el cosmicismo, una corriente filosófica que subraya nuestra insignificancia frente a la inmensidad del universo.

Los terrores se expresan en este género a través de misterios y criaturas más antiguas que la humanidad, abismos insondables e imágenes apocalípticas.

En España tenemos muy pocos ejemplos juveniles, pero recientemente leímos Sociedad Lovecraft (Anaya, 2023), de Álvaro Núñez. La obra está repleta de guiños al universo del terror cósmico. Es una buena opción para iniciarte en el mundo oscuro y lleno de secretos que creó H. P. Lovecraft sin saber que mucho tiempo después autores como Álvaro Núñez seguirían reinterpretando y homenajeando su obra. En este caso, el autor le da un giro juvenil ideal para iniciar a las próximas generaciones.

 

Monstruos míticos: vampiros

¿Qué sería de Halloween sin los vampiros?

De ellos se han reinterpretado mil versiones de su aspecto, vida y naturaleza… A pesar de eso, en la actualidad siguen siendo una fuente inagotable de inspiración.

De nuevo Joe Hill nos trae una versión bastante macabra de estos monstruos explorando la línea que los separa de los sádicos humanos. Asesinos en serie de niños, carreteras heladas que llevan a lugares infernales, niños aficionados a la sangre… Y todo desencadenado por el recibimiento de este prometedor panfleto:

¡CHRISTMASLAND TE ESPERA! ¿Qué darías por una entrada válida PARA TODA LA VIDA a un lugar donde CADA MAÑANA es NAVIDAD y la infelicidad va contra la ley? ¡NO renuncies a lo MARAVILLOSO! ¡NO renuncies a TUS SUEÑOS! Buscamos personas AMBICIOSAS a las que les GUSTEN MUCHO los niños.

Por otro lado, Laura Gallego nos trajo hace algunos años una historia de corte más clásico. Seguramente lo conocerás porque tuviste que leerla en el instituto. Hablamos de La hija de la noche (Edebé, 2007). Todo empieza con la llegada de Isabelle al pueblo de Beaufort. Isabelle había vivido en el pueblo, y tenía muy mala fama por haberse marchado con 17 años a perseguir a su amado Philippe de Latour, el hijo de un marqués. A su regreso, compra una mansión en las afueras del pueblo, donde vivió apartada con su criado Mijaíl. Las cinco comadres del pueblo, curiosas por lo que hacía Isabelle, van a visitarla. Y se arrepentirán de esa visita, por supuesto.

 

Elementos de terror

Muchas historias te causarán inquietud, temor, tensión… En muchas ocasiones, incluso ni te plantearás por qué. Esto es por la presencia de distintos elementos de terror. En El sol allá arriba, la nueva novela de Clara Cortés, (Elastic Books 2023), por ejemplo, encontramos body horror; en La ciudad de los mil ojos, de Bruno Puelles (Puck, 2023) una ambientación inquietante y demonios. En La chica del león negro de Alba Quintas (Plataforma Neo, 2015), un mundo arrasado y poblado con criaturas directamente sacadas de nuestra peores pesadillas y en El proyecto (Elastic Books, 2021), de Courtney Summers, mucho terror psicológico alrededor de los traumas provocados por la fe y las sectas.

Sin ir más lejos, tanto en la famosísima trilogía de Suzanne Collins (Los juegos del hambre, Molino, 2012) como en Balada de pájaros cantores y serpientes (Molino, 2020), encontramos crímenes muy violentos que podrían calificarse como gore.

A causa del estigma que aún en la actualidad existe, las editoriales prefieren etiquetar sus obras en otro género antes que como terror, por lo que debemos explorarlo y reivindicarlo más allá de Halloween

Los autores contemporáneos han sabido darle a este género, que antes se centraba sobre todo en los acontecimientos macabros o paranormales, un giro más humano, más intimista, dándole importancia a sus personajes más allá de las ambientaciones. Además de como entretenimiento y evasión —algo ya de por sí valiosísimo—, podemos concebir el terror como una de las puertas directas hacia el interior de nosotros mismos. Al fin y al cabo, nos enfrenta directamente con nuestros terrores más profundos. Nos enfrenta a eso en lo que en nuestro día a día evitamos pensar...

Es un género inagotable, que se renueva cada cierto tiempo, dependiendo de la época. Y el motivo principal es porque el terror no deja de ser relativo. Eso hace que no tenga límites. Hay terrores universales, pero luego otros más particulares. Cada persona tiene sus propios miedos extraños e inconfesables.

¿Cuáles son los tuyos?