Hace tiempo que Hazel dejó de creer que existe un mundo más allá del de los hospitales y del que le ofrece la televisión. Después de años combatiendo un cáncer, está harta y lo único que quiere es que la dejen en paz. Pero entonces conoce a Augustus Waters, un chico muy distinto a todos los demás, tan optimista, esperanzador y entusiasta que cambiará por completo su vida. Bajo la misma estrella es una historia brillante y desgarradora, con unos protagonistas que permanecerán en el recuerdo de los lectores para siempre. El ejemplo claro de que, dentro del marco de la literatura juvenil, se encuentran algunos de los mejores títulos del momento.
Por la complejidad de sus dos protagonistas y la conmovedora relación entre ellos, por el enfoque original, inteligente y a veces crudo con el que se trata su enfermedad y, en definitiva, por haber escrito una historia que permanecerá para siempre en el corazón de los lectores, en El Templo de las Mil Puertas consideramos que Bajo la misma estrella es la mejor novela extranjera independiente publicada en 2012.
A despierta cada mañana en un cuerpo distinto. En ocasiones es un chico, en otras una chica, a veces es alto, otras bajo... nunca sabe qué cuerpo va a habitar durante las próximas veinticuatro horas, y tampoco le preocupa. Hasta que conoce a Rihannon y se enamora de ella. A partir de entonces, su única misión será demostrarle que no importa qué aspecto tenga, pues en su interior la ama con locura. David Levithan trata con una premisa potente, original y distinta la búsqueda de identidad durante la juventud mientras aborda los conflictos de la adolescencia y los primeros amores. Aunque el punto de partida de la trama era arriesgado, consigue resolverlo con elegancia y sin que flaquee el ritmo en ningún momento.
De no ser por la deformidad que sufre en el rostro, la vida de August sería la de cualquier niño de diez años. Le encanta ver películas, leer, imaginar historias y jugar. Sin embargo, su desfiguración lo convierte en el centro de atención allá donde va: los demás niños se esconden o se burlan de él, los adultos no saben cómo reaccionar, y por eso nunca ha ido al colegio. Hasta ahora. La lección de August, narrada desde diversos puntos de vista, retrata a la perfección y con un realismo sobrecogedor el día a día de alguien cuyo único delito es el de haber nacido diferente.
Quentin y Julian siempre han estado muy unidos. No solo porque son hermanos, sino porque son mejores amigos. Su vida en Charleston, Sussex, con su peculiar familia formada por escritores, pintores y músicos, sería el sueño de cualquier niño. Pero la guerra, que se extiende con tanta rapidez como el fuego, llega también a la campiña inglesa para trastocar por completo su peculiar realidad. Una brillante obra que entremezcla a la perfección personajes y hechos históricos con detalles inventados en un hermoso canto sobre la familia, la amistad y la importancia de ser fiel a uno mismo.
Siméon Morlevent, de catorce años, Morgane Morlevent, de ocho, y Venise Morlevent, de cinco, son los hermanos más unidos del mundo. Sobre todo porque no les queda otra opción desde que su padre los abandonó y su madre se suicidó. Ahora, el estado amenaza con separarlos si no encuentran a un pariente que comparta su estúpido apellido y que quiera hacerse cargo de ellos. Será así como Josaine, una mujer clasista y bien posicionada, y Barthélemy, un chico de veintiséis años desorganizado e irresponsable, pasarán a formar parte de sus vidas. Una novela diferente, con un toque europeo, irónico y refrescante, que encandila al lector no solo por su original argumento, sino también por su estilo narrativo y sus peculiares protagonistas.