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Entrevista a...

África Vázquez

El Templo #80 (febrero 2021)
Por Nerea Marco
1.692 lecturas

La primera novela de África Vázquez fue Con vistas al cielo, que ganó el premio Jordi Sierra i Fabra en 2008. Desde entonces, ha publicado nueve novelas más, entre España y México, de diferentes géneros: históricas, de ciencia ficción, fantásticas y realistas. Estudió la carrera de Historia y actualmente compagina su labor de escritora con talleres de animación a la lectura y a la escritura.

Publicaste tu primera novela Con vistas al cielo, a los diecisiete años, así que ya llevas más de una década dedicada a la literatura. ¿Cómo ha cambiado desde entonces tu manera de enfrentarte a la escritura?

Empecé a escribir cuando era muy pequeña, de forma espontánea, y seguí haciéndolo así en la adolescencia. Los trece años que han transcurrido desde 2008 me han permitido aprender de otras personas del mundo del libro y adquirir conocimientos y herramientas para desarrollar mi trabajo de forma más eficaz. La escritura ha dejado de ser mi pasión para convertirse en mi profesión; sin embargo, eso no me hace disfrutarla menos.

Entre tus historias, tanto juveniles como adultas, nos encontramos con variedad de géneros. ¿Qué te aporta cada uno de ellos? ¿Tienes alguno preferido o algún género nuevo que te gustaría probar en el futuro?

Escribo diferentes géneros porque también leo (y disfruto) historias muy variadas. Mis libros hablan de temas que me interesan, y un mismo tema (por ejemplo, la búsqueda de sociedades más justas e igualitarias) se puede tratar igual en una novela contemporánea, en una histórica o en una de ciencia ficción. Ahora bien, quizá sienta una ligera preferencia por la fantasía, porque los mundos inventados siempre te permiten ir un poco más allá de la historia que lees o escribes e imaginar lo que está ocurriendo en esos mismos lugares mientras tanto

Estudiaste la carrera de Historia en la Universidad de Zaragoza. ¿Te han ayudado tus estudios con la escritura de alguna de tus novelas?

Me han ayudado con todas, no solo con las novelas históricas. En Historia, contra lo que podría parecer, no te obligan a aprenderte lo que sucedió en el pasado, sino que te ayudan a comprender cómo funcionan las sociedades de diferentes épocas y lugares y por qué se producen los episodios que cambian el mundo: guerras, revoluciones, grandes inventos... Eso es útil tanto a la hora de explicar las guerras numantinas como de inventarte un mundo fantástico inspirado en la civilización celta.

Antes de que llegara la pandemia, hacías algún encuentro en colegios e institutos. ¿Qué anécdotas recuerdas de esos encuentros con lectores? ¿Has podido seguir haciendo encuentros y presentaciones virtuales estos últimos meses?

¡Madre mía, tengo cientos de anécdotas! Desde el chico que me contó, muy orgulloso, que uno de mis libros le había gustado tanto que había decidido robarlo (imaginaos mi cara en ese momento) hasta los veintitantos alumnos que se enteraron de que en La ciudad de los ladrones había sexo y drogas y se pusieron a leerlo en el recreo (al final, como solo había un ejemplar y no podían leerlo todos a la vez por mucho que estiraran el cuello, le pidieron a uno de ellos que lo leyera en voz alta para el resto de la clase). Pero en 2020 descubrí que los encuentros virtuales, como los directos de Instagram o la participación en foros escolares, también pueden ser muy divertidos. Lo más gracioso que me ha pasado en uno de esos foros fue cuando un chico me escribió diciéndome que se alegraba muchísimo de que yo estuviese viva (por lo visto, pensaba que todos los escritores estaban muertos). Yo le contesté que también que me alegraba de estarlo.

Tienes perfil en Instagram, «@africa_ ruh», e interactúas allí con tus seguidores. Tú misma has pasado en pocos años de usar Internet como lectora, en los antiguos foros de Laura Gallego, a tener perfil oficial de escritora. ¿Ha cambiado Internet la relación entre escritores y lectores en los últimos años?

Mucho. En su día, Laura Gallego era una excepción, resultaba mucho más accesible que la mayoría de los escritores de aquel entonces (¡y qué paciencia tenía, por cierto!). Ahora tú puedes enviarle un mensaje a casi cualquier escritor para decirle lo que opinas de su libro. A mí, personalmente, me gusta mucho que los lectores contacten conmigo, aunque también es cierto que hasta ahora solo me he encontrado con gente educada y amable. Me siento afortunada en ese sentido. 

Aunque la mayoría de tus libros están publicados en España, alguno se ha publicado primero en el extranjero, como El juramento carmesí. Además, la mayoría de ellas están disponibles en digital. ¿Hay alguna diferencia entre publicar en nuestro país o fuera de nuestras fronteras?

La experiencia de publicar con México fue muy grata. Me gustó el proyecto de la editorial, que tiene un estupendo plan lector, y cómo enfocaron la edición de El juramento carmesí desde el punto de vista de los valores que contiene, que aparecen señalados en las páginas correspondientes para que profesores y alumnos puedan trabajarlos en el aula. También me resultó muy curioso ver mi obra adaptada al español de México. Por otro lado, es muy emocionante recibir comentarios de lectores de Latinoamérica y saber que mis historias están viajando tan lejos.

La diversidad de tus personajes es un tema constante en muchas de tus novelas, como en El club de los miércoles o La ciudad de los ladrones. ¿Has tenido alguna vez problemas con la censura a la hora de publicar?

Tanto El club de los miércoles como La ciudad de los ladrones se publicaron con editoriales juveniles independientes y la diversidad de los personajes no solo no fue un problema, sino que gustó mucho a los editores. El problema viene cuando hablamos de editoriales juveniles de prescripción, es decir, que no publican libros para que los compren sus lectores finales, los jóvenes, sino los colegios e institutos. Ahí es cuando algunas editoriales (no todas, afortunadamente) se muestran reacias a incluir ciertos temas, no solo relacionados con la diversidad, sino también con la sexualidad, el alcohol, las drogas…

En lo que a mí respecta, siempre hablo de lo que quiero en mis libros, incluso cuando los publico con editoriales de prescripción.

El final de La ciudad de los ladrones nos dejaba con ganas de más y ya podemos leer la continuación en El valle de los ladrones. Es la primera vez que vuelves al universo que ya habías creado en otra de tus novelas. ¿Tenías pensada la segunda parte mientras escribías la primera? ¿Vamos a poder ver más continuaciones de historias tuyas?

La ciudad de los ladrones siempre se planteó como una novela autoconclusiva con posibilidad de continuación, por eso terminó convirtiéndose en una bilogía. Es una fórmula que me gusta mucho y que repetí con El club de los miércoles, El juramento carmesí y Los Caminantes del Tiempo. La única saga propiamente dicha que he escrito, que requiere de los tres libros para completar la historia, es El clan sin nombre, que se publicará entre 2021 y 2022.

Actualmente participas en Fiction Express, un proyecto de Boolino en donde los autores escriben una historia interactiva en la que los lectores (alumnos de instituto) pueden influir con sus votos y comentarios. ¿Nos puedes contar cómo funciona este proyecto? ¿Alguna vez tenías pensado un final determinado para una historia o un personaje pero los lectores han votado otro distinto?

Fiction Express es uno de mis proyectos favoritos porque siempre me han encantado los libros del estilo de Elige tu propia aventura y los videojuegos de narrativa con toma de decisiones y varios finales posibles (Detroit: Become Human, Mass Effect, Dragon Age…). De hecho, los videojuegos de este tipo me han enseñado a que las decisiones que tomen mis personajes siempre tengan consecuencias, buenas y malas.

En el caso de Fiction Express, cada libro tiene cinco capítulos y los cuatro primeros siempre terminan con un dilema que se puede resolver de tres formas diferentes. Yo suelo tener un guion muy básico de lo que va a suceder en el libro, pero las decisiones que toman los lectores afectan sustancialmente a lo que va ocurriendo. Ha habido veces que les he tendido pequeñas trampas y las han sorteado con habilidad, y otras que les ha podido la curiosidad por descubrir algo y eso ha hecho que abandonaran a sus personajes favoritos. Lo que más me ha sorprendido es lo mucho que les gusta el romance, ¡están deseando que los protagonistas se dejen llevar por su corazón! (Y a mí me parece adorable).

Además de escritora, también has trabajado como bibliotecaria en la sección de literatura infantil y juvenil de la Biblioteca de Aragón en Zaragoza y has realizado talleres de animación a la lectura en colaboración con librerías de tu ciudad. ¿Cómo se fomenta la literatura juvenil desde bibliotecas o librerías?

Yo creo que la animación a la lectura tiene que partir de una base: el respeto por el lector, por muy joven que sea y por mucho que sus gustos no coincidan con los tuyos. Una vez leí un artículo de opinión en el que un profesor de instituto se quejaba amargamente de que a sus alumnos no les gustaba La isla del tesoro y defendía la necesidad de obligarlos a leer determinadas obras. Yo también pienso que La isla del tesoro es un libro estupendo, pero que me guste a mí no significa que tenga que gustarle a todo el mundo (además, por muy bien que haya envejecido, ¡tiene ciento treinta y ocho años!). ¿De verdad alguien cree que un adolescente que opina que leer es un tostón va a cambiar de idea por el hecho de que un adulto le haga sentir vulgar y estúpido por aburrirse con determinadas historias? Mi experiencia es que a casi todos los chavales que se muestran reacios a abrir un libro acabas enganchándolos a la lectura si los escuchas con interés genuino, indagas un poco en sus gustos y les recomiendas algo que conjugue sus preferencias personales con lo que tú consideras que puede ser valioso para ellos. 

Las bibliotecas y librerías son lugares privilegiados para trabajar la animación a la lectura porque tienes una enorme cantidad de libros para escoger. A mí me gusta compararlo con el cine: si llevas a treinta alumnos de la misma clase a ver una sola película, es imposible que todos se lo pasen bien, pero, si los llevas al cine y dejas que cada uno elija la película que va a ver, las probabilidades de éxito son mucho mayores.

En mi caso, suelo plantear las actividades de animación a la lectura de la siguiente manera: primero les enseño a los chicos unos cuantos libros de diferente género y extensión, les cuento un poco de qué van y, sobre todo, demuestro entusiasmo por todos ellos. Luego dejo que cada cual se ponga a hojear el que más le llame la atención y me ofrezco a orientarlos (siempre hay quien, por ejemplo, quiere leer libros de romance o de aventuras y te pregunta por títulos concretos). Estas sesiones funcionan muy bien porque al final a todos les pica el gusanillo. Además, si quieres que se animen a leer un clásico, puedes probar a intercalarlo con otras lecturas más actuales y decir algo como «Con este libro hay que atreverse, no todo el mundo es capaz de terminarlo, pero merece la pena por…».

También impartes talleres de escritura para jóvenes y adultos. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere comenzar a escribir?

Internet está lleno de consejos para escribir, pero yo me quedaría con el más simple: escribe lo que te guste a ti como te guste a ti. Sí, hay muchísimos libros publicados sobre muchísimos temas, pero nadie más puede contar una historia de la manera en la que tú lo haces. Aférrate a eso, sobre todo, si quieres publicar, porque muchas veces el camino es largo y piensas que nunca vas a conseguirlo. ¡Y recuerda que es muy probable que tus escritores favoritos también hayan recibido rechazos editoriales!

En el reportaje de «Escritores confinados», en el número 79 de nuestra revista, nos contaste que este año has aumentado tu productividad literaria. ¿Cómo has llevado estos meses de pandemia encerrada en casa?

No puedo quejarme, y menos sabiendo que hay tanta gente que lo está pasando mal. A mí no me supone un gran esfuerzo quedarme en casa (incluso ahora salgo lo menos posible) y las redes sociales me permiten seguir en contacto con mis lectores. Además, el confinamiento lo pasé escribiendo el principio de una saga de fantasía que me tenía completamente atrapada, y poder compartir ese proceso con mi familia más próxima mejoró bastante aquellos días de incertidumbre.

Sabemos que actualmente estás trabajando en Fiction Express, pero ¿nos puedes contar algo más sobre tus próximos proyectos literarios?

Por el momento, puedo confirmar que en mayo saldrá a la venta El crisantemo dorado, la continuación de El juramento carmesí, y en octubre verá la luz El clan sin nombre I: La balada de los magos, el principio de una saga de fantasía inspirada en el mundo celta. Son dos libros que me apetece mucho que lleguen a las librerías, el primero porque la historia de Akane y Kaede ha tenido muy buena acogida en España y el segundo porque ¡llevo diez años trabajando en ese proyecto!

En cuanto a la escritura, ahora mismo estoy escribiendo El clan sin nombre II, pero tengo varios proyectos en mente: dos retellings, una novela contemporánea y hasta una saga de ciencia ficción. Ahora solo necesito tiempo para escribirlos todos.